El número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) subió en 5.107 desempleados en junio (+0,1%), según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Es el peor dato de paro de un mes de junio desde la crisis de 2008.
- Randstad: "La tasa de empleo no se recuperará plenamente hasta 2022"
- La economía mundial se prepara para la peor recesión en casi 40 años
El Ministerio ha destacado que estas cifras "profundizan en la tendencia de ralentización" del ritmo de crecimiento del desempleo que se inició en mayo.
Este incremento ha sido cinco veces menor que el registrado en mayo y muy inferior a los de abril y marzo, meses en los que la crisis sanitaria llevó a un repunte del desempleo de 282.891 y 302.265 parados, respectivamente.
El volumen total de parados alcanzó al finalizar junio la cifra de 3.862.883 desempleados, la más alta del registro desde mayo de 2016. Trabajo ha explicado que en el aumento del desempleo registrado en el sexto mes del año ha repercutido, "de manera significativa", el grupo de demandantes sin empleo anterior.
Del 48% del total de estos demandantes, casi 15.000, se han registrado en la Comunidad Valenciana para optar a la oferta pública de empleo como "auxiliar planes de contingencia playas COVID19" que requería la inscripción en las oficinas del SEPE como requisito.
Ralentización de la destrucción de empleo
"Sin esta circunstancia excepcional, el desempleo registrado habría descendido en unas 9.000 personas", arma el Ministerio. Aunque el ritmo mensual de ascenso del paro se ha ralentizado frente a los meses anteriores, el paro ha subido en junio por primera vez desde 2008.
El secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, ha explica cómo los ERTE han limitado la destrucción de empleo:
El secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, explicaba los datos de paro y cómo los ERTE han limitado la destrucción de empleo
Sólo se han registrado ascensos en la serie histórica de junio: en 2008 (+15.058 desempleados) y ahora en 2020, cuando ha subido en 5.107 parados.
El dato de junio, al igual que ocurrió en marzo, abril y mayo, no incluye a los trabajadores que se encuentran en suspensión de empleo o reducción horaria como consecuencia de un ERTE, ya que la definición de paro registrado no los contabiliza como desempleados.
Caída en la afiliación
El número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social en el último día de junio fue de 18.484.270, lo que supone un descenso de 99.906 personas desde que comenzó el mes, un comportamiento que la Seguridad Social atribuye a las bajas producidas el último día (161.500).
Según los datos proporcionados publicados hoy, de media en junio el número de afiliados a la Seguridad Social aumentó en 68.208 personas, hasta las 18.624.337, lo que representa el segundo incremento consecutivo tras el desplome ocasionado por la pandemia del COVID en marzo y abril.
La cifra de parados se situó en 3.862.883 personas, cifra no alcanzada desde mayo de 2016, tras aumentar en 5.107 desempleados, de forma que continúa la moderación en el incremento del paro que comenzó en mayo.
El secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo, explicaba en rueda de prensa cómo se ha comportado la afiliación en junio.
El secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo, detalla cómo se ha comportado la afiliación en junio
Récord prestaciones
Trabajo ha informado además de que en mayo se alcanzó el nivel máximo de protección del SEPE, que dio cobertura a casi 6 millones de personas, con un total de 5.986.864 prestaciones gestionadas.
Este nivel de prestaciones es el resultado de sumar las prestaciones que cobraban las personas que ya estaban en desempleo antes de la crisis sanitaria, las que perdieron su empleo desde entonces y, sobre todo, a las personas que están en ERTE.
El secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey detalla las prestaciones que se han pagado en mayo
En el mes de mayo el SEPE pagó en prestaciones 5.526 millones de euros, de los que 3.318 millones se dedicaron a pagar prestaciones por ERTE y 2.208 millones a prestaciones por desempleo, tanto en el nivel contributivo como en el asistencial.