Las elecciones de medio mandato (midterms, en inglés) amenazan con hacer ingobernable a la primera economía del mundo abocada a la ruptura entre el poder ejecutivo del presidente y el legislativo repartido entre la Cámara de Representantes y el Senado.
Este 8 de noviembre se eligen, al menos, a 435 miembros del Congreso y a un tercio de los que componen la Cámara Alta con la pelea que se traslada también a las gobernaciones de varios Estados y cargos electos locales.
En la carrera por ganar en las urnas, bien sea a través de los Super PACS (Comités de Acción Política) - las unidades partidistas que pueden recaudar fondos sin límites - o a través de donaciones personales, los candidatos que quieren ocupar un cargo de poder político en Estados Unidos, deben contar con una fuente sólida de financiación.
Así, algunas de las grandes fortunas del país, según datos de Open Secrets, habrían regado con más de 9.300 millones de dólares a la política estadounidense, récord de financiación en una cita electoral.
Con George Soros en cabeza, los grandes multimillonarios estadounidenses han donado ya más de 1.150 de los alrededor de 7.500 millones de dólares consumidos por la cita.
De lado demócrata, la University of California, US House of Representatives, Simons Foundation, State of Illinois y la Stanford University son los mayores financiadores de la campaña mientras que de la balanza republicana los nombres propios son: One Nation, una organización nacionalista enfocada en restaurar la visión de los padres fundadores de Estados Unidos, y el Congressional Leadership Fund, además de Young Americans for Liberty, un grupo estudiantil que afirma ser libertario.
De los 25 donantes más relevantes, 18 son republicanos. Y, en su conjunto, se han gastado ya 200 millones de dólares más que los demócratas. Además, las aportaciones de éstos millonarios suponen el 20% del conjunto de las destinadas a los republicanos, porcentaje que en el caso de los demócratas baja hasta el 14,5%.
Tanto el coste de los comicios como la participación de los más ricos en su financiación, de un 15,4%, constituyen un récord en la historia de este tipo de carreras electorales.
¿Dónde está el dinero?
Un reciente informe publicado por radio pública del país (NPR, por sus siglas en inglés) y la firma de análisis AdImpact, apunta a grupos externos financiadores de la mayor parte de las campañas republicanas al Senado.
El 86% del capital que se ha usado en anuncios de televisión pro-republicanos viene de estos grupos. En el caso de los demócratas el porcentaje es de un 55%.
Así las cosas, entre anuncios televisivos, publicidad por correo, eventos y más actividad para promover el voto, se han invertido cerca de 1.300 millones de dólares. Según los números de este documento, 3 de cada 4 dólares se han quedado en seis Estados: Georgia, Pensilvania, Arizona, Wisconsin, Nevada y Ohio.