España vuelve a postularse como una alternativa energética… ¿suficiente como para cumplir con el propósito de acabar con la dependencia de gas ruso?
El olvidado Midcat-puesto en marcha por la española Enagás y la francesa Teréga-permitiría doblar la capacidad de transporte de gas actual entre los dos países como una extensión del gasoducto Medgaz, que comunica Argelia con Almería y recorre toda la costa mediterránea hasta detenerse en Girona.
El embajador de la República Federal de Alemania en España, Wolfang Dold, subraya que apoya la reanudación del gasoducto transfronterizo Midcat y que se encuentra en conversaciones con Francia y España sobre este asunto.
Al mismo tiempo pide precaución con las intervenciones estatales en el mercado, que –según Wolfgang -“sigue siendo el mecanismo adecuado para fijar los precios”.
Escucha el análisis completo a continuación:
El gasoducto que uniría España con Francia y quedó enterrado en 2019 parece haber vuelto a resurgir de sus cenizas ante la necesidad de Europa de cortar su dependencia de Rusia con el gas
En una entrevista a La Vanguardia ha señalado que la península Ibérica ofrece una alternativa al gas ruso para Europa; puesto que el gas podría llegar de Argelia y ser después distribuido al resto del continente.
El embajador de la república federal de Alemania en España ha dejado claro también que continúan reduciendo la dependencia de gas ruso, que en estos momentos se encuentra en un 40%, pero que es algo que llevará tiempo.
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La interconexión por el sur con el norte de áfrica con Marruecos y con Argelia hasta Almería que presenta España se postula de nuevo como alternativa a la importación del gas en barco y además también podría almacenar gas licuado procedente de Estados Unidos.
¿Por que se tumbó el Midcat?
No obstante, el gasoducto del Midcat nunca ha terminado de ser visto con buenos ojos. ¿Los motivos?
Su puesta en marcha en 2010 planteaba una serie de complicaciones y desinterés por parte del gobierno francés y español.
Para entonces, las previsiones de consumo de gas en toda Europa eran claramente a la baja por la irrupción de las renovables.
No solo eso, tal y como ha señalado el expresidente de la CNMC en España, José María Marín, "la posición del Gobierno francés era que España pagara todo. Francia también reclamaba el control exclusivo del gasoducto, de poder abrir o cerrarlo.
Por lo que finalmente, el Midcat terminó con la negativa de competencia de Francia y España, sepultando el proyecto en 2019.
La ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, ha destacado en varias ocasiones que el proyecto debe ser impulsado por ambas partes. Y ahí es donde entra Francia.
"Lo que no puede ser es que la presión para acelerar esta infraestructura se quede de Pirineos para abajo. Al otro lado del Pirineo se necesita una inversión bastante cuantiosa", señala Ribera.
Reclama, además, financiación europea para impulsar la infraestructura.
"Tiene que estar financiada como un proyecto europeo para garantizar esa capacidad de suministro de nuestros vecinos del norte de Europa y no por los usuarios de gas españoles”.
Pero parece que la visión sobre el Midcat ha cambiado para el experto en energía y profesor de la Universidad Europea, Roberto Gómez-Calvet.
Según el experto en energía, la situación de España es particularmente buena para actuar como punto de regasificación, de descarga de buques y de almacenamiento, lo que estaría provocando los deseos de Europa de utilizar la península como puente en el continente.
No obstante, Gómez Calvet añade: "el consumo de Alemania de gas es elevado y pensar que puede ser cubierto desde el sur sería más bien algo lejano y a largo plazo".
La ministra de Transición Ecológica asegura que llevar a cabo su puesta en marcha llevaría de 5 a 6 años.
¿Qué otras alternativas tiene Europa?
Según el experto en energía de la Universidad Europea, no hay tantas como parece. Las renovables continúan en el punto de mira, pero tardarán en sustituir la demanda de gas que tenemos en la actualidad.
Por lo que la estrategia ahora sería replantearnos los modelos productivos, puesto que sustituir el suministro de gas de Rusia vía marítima, es prácticamente inviable para Calvet.
De resurgir realmente la idea habría que ver cómo quedan las condiciones ahora que el interés procede en mayor medida del norte de Europa.