Nuestro vecino galo llevaba meses de incertidumbre política. Las elecciones del mes de julio dejaron un panorama político completamente fragmentado con la Asamblea Nacional sin la mayoría necesaria para que alguna agrupación gobernara en solitario. Semanas de escurrir el bulto que el presidente de la República, Emmanuel Macron, ha concluido con el nombramiento de Michel Barnier como primer ministro.
Barnier, de 73 años, es conocido por haber sido negociador de la UE para el Brexit. Se considera una especie de ‘apaga fuegos’ de la política europea, pese a que en los últimos meses ha estado en silencio, lo cual le sitúa como una figura ajena a cualquier sigla política.
Lleva más de 50 años en política, ocupando cargos en gabinetes de ministros y varios Secretados de Estado. En 1978 batió una marca de precocidad al convertirse en el diputado electo más joven de la historia de Francia. Tenía 27 años entonces. Para que se hagan a la idea, Macron tenía 4 meses.
Después de 15 años en la Asamblea Nacional, fue Ministro de Medio Ambiente en el Gobierno de Balladur en 1993.
Posteriormente, dirigiría el Ministerio de Asuntos Exteriores en 2004, con Chirac de Primer Ministro. Solo tres años después ocuparía la cartera de Agricultura y Pesa con François Fillon.
En 2015, Jean-Claude Juncker le nombró asesor especial de la Comisión en Política de Defensa y Seguridad, y al año siguiente fue nombrado negociador jefe del grupo de trabajo de la Comisión encargado de preparar y dirigir las negociaciones con el Reino Unido.
Regresaría a la política francesa en vísperas de las elecciones presidenciales de 2022.
Reacciones al nombramiento
Aunque no se ha apartado nunca de la derecha republicana, es una figura de consenso dentro de la clase política. Eso sí, corre el riesgo de ser objeto de moción de censira, dado que la alianza izquierdista Nuevo Frente Popular tiene mayoría de escaños en la Asamblea Nacional.
El partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, ha advertido a Macron que su postura será férrea, aunque no se han mostrado excesivamente contrarios al nombramiento de Barnier. “Estaremos muy atentos a sus políticas y vigilaremos que las aspiraciones de nuestros votantes, que representan un tercio de los franceses, sean escuchadas y respetadas”, ha expresado la política francesa a través de las redes sociales.
Barnier se enfrenta al reto inmediato de formar un gabinete que pueda salvar las diferencias ideológicas entre los bloques de izquierda, derecha y centro del Parlamento. Lograr un equilibrio será crucial para que pueda resistir las mociones de censura y aprobar sin problemas un presupuesto para 2025 en las próximas semanas.
El PNF, que hizo campaña con una plataforma de aumentos masivos del gasto, será probablemente el mayor obstáculo de Barnier para alcanzar un consenso sobre las finanzas públicas.Algunos de los líderes del grupo han tachado la decisión de Macron de no nombrar a Castets de «negación de la democracia», y otros han dicho que propondrían inmediatamente una votación para derribar un gobierno que no fuera de sus propias filas.