La primera ministra británica, Theresa May, ha comenzado a preparar el plan "b" del brexit que tiene que presentar el próximo lunes por lo que ya se ha reunido con algunos líderes políticos del país tras superar la moción de confianza.
Nada más ganar la votación pidió al resto de fuerzas políticas que antepongan el interés nacional del Reino Unido para alcanzar un consenso sobre los siguientes pasos. May ya ha mantenido encuentros esta noche con representantes del Partido Nacionalista Escocés, el Partido Liberal Demócrata y el galés Plaid Cymru. May les ha pedido colaboración para presentar el lunes un plan “B” para el brexit.
Sin embargo, que el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, la principal formación de la oposición, ha rehusado por el momento reunirse con ella. Un portavoz de Corbyn informó poco antes de que el líder laborista descarta mantener un diálogo significativo con May mientras se mantenga la amenaza de una salida no negociada de la Unión Europea.
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, se mantiene. Ha conseguido el apoyo suficiente de la Cámara de los Comunes para superar la moción de censura que el Partido Laborista presentó el martes tras la histórica derrota del Gobierno en la votación sobre el acuerdo del Brexit, por 325 votos a favor y 306 en contra.
El líder opositor, Jeremy Corbyn, anunció una moción de censura inmediatamente después de que los diputados asestaran a May la mayor derrota parlamentaria que sufre un Gobierno británico desde los años 20, con un saldo desfavorable de 230 votos a su acuerdo de Brexit negociado con la Unión Europea.
A pesar de que la 'premier' ha logrado conservar el cargo, la incertidumbre en torno al Brexit se mantiene. El Parlamento ha rechazado el acuerdo y la Unión Europea se niega a reabrir las negociaciones con Reino Unido alegando que la versión actual es la mejor posible.
Las opciones de May serían pedir una prórroga de los plazos más allá de la fecha límite de salida, marcada en el 29 de marzo, cuando se producirá la ruptura aunque Londres y Bruselas no hayan pactado los términos, o dar marcha atrás en el Brexit, una idea que la mandataria británica rechaza por completo.