La Comisión Europea ha presentado hoy un paquete legislativo de regulación bancaria que obligará a las entidades a disponer de más capital de calidad y de unas líneas de liquidez más estables. Afectará tanto a las entidades sistémicas como a las más pequeñas.
El Ejecutivo comunitario propone adaptar las reglas de los requerimientos de capital fijada a nivel internacional por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea y el Consejo de Estabilidad Financiera. Sin embargo, en lugar de limitarse a replicar las reglas acordadas con los socios internacionales, la Comisión ha propuesto varios cambios y algunas nuevas provisiones que podrían preocupar a los bancos y a los reguladores extranjeros.
"Hemos presentado nuevas propuestas de reducción de riesgos que se basan en los estándares globales acordados, pero teniendo en cuenta las especificidades del sector bancario europeo", ha comentado Valdis Dombrovskis, comisario europeo de servicios financieros.
Estos cambios llegan en un momento en el que la UE lucha contra una serie de reformas sobre el modelo para calcular los riesgos bancarios que se espera que se adopten en las próximas semanas en el comité de Basilea.
Además, Bruselas también ha decidido proponer mayores requerimientos de capital para los bancos de EE.UU y otros bancos extranjeros que operan en la UE porque considera que esta medida incrementará su estabilidad financiera.
MEDIDAS CONCRETAS
-Para evitar un excesivo endeudamiento dentro del sector, habrá un leverage ratio obligatorio del 3%. El objetivo es que las entidades tengan un backstop, un colchón, ante las pruebas de capital que se realizan a los bancos.
-Las entidades con una fuerte presencia en el trading o en el negocio mayorista deberán contar con una ratio obligatorio de Fondos Netos Estables para afrontar su excesiva dependencia de la financiación a corto plazo. Bruselas cree que así se reducirá el riesgo de financiación a largo plazo.
-La Comisión también propone este miércoles otra medida clave, un Fondo para Absorber Pérdidas Totales, lo que significará que las entidades grandes podrán “absorber mejor sus pérdidas y liquidarlas”.