El IPC de los países que comparten el euro ha subido un 2% en tasa interanual en noviembre después de tocar un máximo de casi seis años en octubre, en el 2,2%.
La inflación se desacelera, tal y como se esperaba, y la inflación subyacente ha estado por debajo de lo esperado. Las cifras dan argumentos a los responsables de la política monetaria del BCE que están a favor de una salida con cautela de los estímulos monetarios.
La inflación general ha estado en o por encima del objetivo del BCE de casi el 2% durante meses pero el banco ha minimizado en ocasiones el riesgo de que se rebase esa cifra argumentando que la tendencia sigue siendo débil y que sólo los costes más volátiles de la energía está haciendo subir los precios. De hecho, según las cifras de Eurostat, los precios de la energía han subido un 9,1% interanual desde el 10,7% de octubre, mientras que los alimentos no procesados han subido un 1,8% desde el 2,1% del mes anterior. La inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles, y que es el principal indicador que el observa el BCE en sus decisiones de política monetaria ha bajado al 1%, desde el 1,2% de octubre.
El BCE tiene previsto poner fin a su plan de compra de bonos el próximo mes aduciendo que la inflación ya está bien encaminada hacia el objetivo y que la economía de la zona del euro seguirá creciendo incluso con un apoyo reducido.
El banco se reunirá el próximo 13 de diciembre y los inversores esperan que reafirme su postura y que detalle cómo utilizará el efectivo de los bonos que vencen para mantener bajos los costes de los préstamos.