"Ni Alemania ni el BCE son unos manipuladores de divisas y la política monetaria del bloque refleja el estado de su recuperación económica y no un deseo de un euro débil", ha dicho el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. El principal asesor comercial de Donald Trump dijo la semana pasada que Alemania emplea una moneda infravalorada para aprovecharse de EEUU.

En otros asuntos, Draghi defiende las medidas adoptadas por la institución en diciembre y afirma que siguen siendo necesarias a pesar de que "las evidencias sugieren que los riesgos graves de deflación han desaparecido" y de que la inflación crezca en los próximos años.

"El apoyo de nuestras medidas de política monetaria son todavía necesarias para que las tasas de inflación converjan hacia nuestro objetivo con suficiente confianza y de una forma sostenible", dice. Draghi ha pronunciado estas palabras después de que el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble afirmara que el tipo de cambio del euro es "demasiado bajo" para Alemania" y tres días antes de reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel.

Draghi señala que el objetivo es alcanzar sin superar una inflación del 2% en el medio plazo para el conjunto de la eurozona y no para países concretos, puesto que este es el mandato establecido para la institución monetaria. También ha señalado que esta "convergencia" debe ser sostenida en el tiempo y "autosuficiente".

Por último, Draghi, defiende que "lo último" que se necesita ahora es "una relajación de la regulación" del sector bancario, en referencia a las órdenes firmadas por Donald Trump de cara a revocar la principal ley reguladora estadounidense. El banquero italiano defiende que el que no haya "riesgos importantes para la estabilidad financiera" es la recompensa por lo que han hecho legisladores, reguladores y supervisores desde la crisis financiera.