Italia rebaja al 0,8% su previsión de crecimiento para 2016 frente al 1,2% calculado el pasado abril. El Gobierno italiano actualiza también su estimación para 2017, en la que espera un aumento del PIB del 1%. Además, sitúa el déficit en el 2,4% del PIB para este año y en el 2% para el que viene.
Mientras, el endeudamiento público pasará del 132,8% de 2016 al 132,2% en 2017. Según el primer ministro italiano, Matteo Renzi, no se trata de una petición de flexibilidad, sino de una solicitud que responde a una situación excepcional: “Nosotros tenemos dos circunstancias excepcionales: la primera es el terremoto y la segunda, la inmigración. Italia ha acogido a un número alto de inmigrantes”. Además de estas cifras, el Ejecutivo de Renzi prevé negociar con Bruselas el margen de maniobra de un 0,4% adicional en su déficit para hacer frente a las zonas devastadas por el terremoto.
Por cierto que, Italia reunirá en mayo a los ministros de Finanzas del G-7 en Bari. Encuentro que tendrá lugar previsiblemente entre el 11 y el 13 de mayo del próximo año. Además de los ministros de Finanzas de los siete países más ricos e industrializados del mundo, participarán los presidentes de sus bancos centrales, representantes del Banco Central Europeo y responsables del Fondo Monetario Internacional.