Botón nuclear en Ibercaja. Lanza su salida a bolsa y lo va a hacer – tiene que hacerlo – antes de terminar 2022. La cúpula de la entidad opta por una puesta de largo en el mercado frente a la alternativa que barajó, en su día, la aragonesa de vender la aseguradora para dar un dividendo extraordinario a la fundación.
¿Es que momento? ¿Cómo le va a sentar al resto del sector?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
El mercado descuenta por la aragonesa un precio por acción de entre 0,5 y 0,65 veces valor en libros, esto es, entre 1.650 y 2.100 millones de euros de capitalización
Después del intento fallido de debut de Glovo tras la compra por la alemana Delivery Hero cerrada el pasado 1 de enero, la firma de Víctor Iglesias es la operación más esperada por el mercado este 2022, y fíjense si llevamos poco del año recorrido.
Ibercaja es más que un banco regional forjado sobre los campos amarillos de las tierras aragonesas. Hoy es el octavo grupo bancario español. 5.000 empleados y 1.000 oficinas para dar servicio a más de 2,5 millones de clientes y gestionar 58.000 millones de euros en activos.
De orígenes humildes, se puso en marca para promover la inclusión financiera de las clases aragonesas más desfavorecidas, hoy es el referente financiero de regiones de la España Vaciada donde, en algunos casos, copa hasta un 37% de la cuota de mercado.
Reina en Aragón, tierra que la vio nacer, pero también en Guadalajara, Burgos o Badajoz. En plena expansión en Madrid, Catalunya y Valencia, este pasado 2021 cumplía los primeros 145 años de su historia.
Un libro que quiere seguir escribiendo, en 2022 pasando por el mercado. Y con la mirada puesta en adaptarse a los retos que vienen por delante.
Convertir un banco de provincias en toda una entidad nacional. Es la firma intención de Javier Aguirre, presidente de Ibercaja que ahora quiere hacerlo de mano de los inversores.
La Fundación retendrá el control
Hasta ahora – de momento, a día de hoy, lo sigue siendo – la Fundación Ibercaja sigue ostentando el 88% de la entidad bancaria. Amado Franco, su presidente, decía hace unos meses que su intención era seguir siendo el tenedor de referencia entre los títulos de la entidad. Aunque, aclaran desde la compañía, se espera que la Fundación “retenga el control del banco”.
Según el último folleto presentado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se quedará, una vez el capital comience a circular al “libre albedrío” en el mercado, con un 46% de la firma.
Será el pequeño por cotización entre los gigantes. A los que, por cierto, no les interesa mucho la aragonesa.
A la zaga de Unicaja y con los ojos en CaixaBank
De entre los informes de análisis a los que hemos podido tener acceso en Capital Radio, se especifica que la “pequeña” tendrá una de los ROTEs más bajos del mercado, es decir, será una de las entidades que menos rentabilidad le pueda reportar a los accionistas.
Respecto a su valoración, el mercado descuenta un precio por acción de entre 0,5 y 0,65 veces valor en libros, esto es, entre 1.650 y 2.100 millones de euros de capitalización. Cerca de una Unicaja que está sobre los 2.455 millones y algo más lejos de un Banco Sabadell en solitario que cotiza sobre los 4.000 millones.
En cualquier caso, ¿inquietud por un nuevo actor? De momento, no, con una operación que para Álvaro Blasco, socio-director de ATL Capital es positiva para el mercado.
Blasco hablaba de un momento “de dudas” en el mercado. Ahora las acciones bancarias cotizan al alza. Desde mediados de diciembre, CaixaBank, uno de sus principales comparables, ha subido un 27% y está cerca de máximos de los últimos tres años. Lo mismo ocurre con la otra entidad parecida, Unicaja Banco, que ha recuperado casi un 20%.
En plena reestructuración, como lo están “mayores” y transformación a lo digital se prevé que el coste de la operación pueda estar cercana a los 151 millones de euros. En cualquier caso, una situación que no preocupa a los reguladores por unas cuentas que, dicen, están “saneadas”.
Antes de diciembre
Once meses por delante y todo un reto. Convencer al mercado del atractivo de Ibercaja, un banco de su pueblo que quiere conquistar una ciudad que a Paco Martínez Soria se le hacía cuesta arriba, pero que supo sortear y poner en valor, ya en 1966, el papel de un banco, como podría ser el de su misma tierra, Ibercaja que, hoy, leva anclas y pone rumbo a los mares del mercado y acciona o, al menos, deja el dedo puesto, sobre el ‘botón nuclear’ de su salida a bolsa.