¿Cómo gestionará Mario Draghi los tipos de interés cuando aparezca la inflación? Esta es una de las cuestiones que más atormenta al mercado en el arranque de 2018. Durante muchos meses, y pese a la gran cantidad de estímulos monetarios de los bancos centrales (vía bajada de tipos de interés o de compra de bonos) la inflación medida por el IPC se ha resistido a alcanzar niveles próximos al 2% (el objetivo de los bancos centrales).
En la Eurozona la inflación se sitúa en el 1,4% (diciembre de 2017, último dato disponible), pese a las políticas expansivas del BCE y pese a que los libros de economía nos han enseñado que las inyecciones de liquidez generan inflación. El propio Mario Draghi, en una de sus intervenciones publica de 2017 en Sintra, Portugal, atribuyó la ausencia de inflación esperada a efecto deflacionario de la tecnología, a los bajos salarios y al sacrificio de márgenes que realizaban algunas empresas.
Pero otro factor detiene el alza de precios: la escalada del euro (+14% en 2017 frente al dólar). Un euro fuerte convierte en más baratas las compras de la Eurozona en el exterior. Es como decir que con un euro fuerte, importamos deflación. De hecho, uno de los último documentos publicado por la gestora Invesco, se remite a un informe del propio BCE según el cual “una apreciación permanente del euro del 10% reduciría la inflación en 2, 6 y 8 puntos básicos en unos, dos y tres años respectivamente”.
La Eurozona parece tener todavía muchos factores de cara como para asistir a una mayor subida del coste de la vida y por lo tanto para asistir a subidas de tipos de interés para controlar un recalentamiento de precios. Pero… ¿qué pasaría si la inflación apareciese cuando menos se la espera? ¿Este escenario obligaría al BCE a subir de manera acelerada los tipos de interés provocando un mayor costes para personas y empresas endeudadas e incluso una salida de dinero de la renta variable hacia la renta fija?
A favor de que veamos un repunte de la inflación, según Invesco, hay factores como que la Eurozona crezca por encima del 2%, que la tasa de paro esté en mínimos desde 2009 (en el 8,7%) y que los grupos sindicales (incluidos los alemanes) estén reclamando subidas salariales.
Otro factor que podría impulsar el IPC es el precio del petróleo, que de mantener los niveles actuales tras las subidas de los últimos meses podría “contribuir con hasta un 0,5% adicional a la tasa anual de inflación general a mitad de año”, apunta Invesco.
Si este escenario se cumpliese, y teniendo en cuenta que el IPC está en el 1,4%, la inflación se iría al 1,9%. A sabiendas de que Draghi quiere una inflación próxima al 2% ¿se cumpliría el escenario para que subiesen los tipos de interés este mismo año? ¿Cómo reaccionarían los mercados? ¿Cómo afectaría esto a la cartera de los inversores?