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Cataluña vive hoy una huelga general a raíz de la sentencia del procés que ha derivado en varias noches consecutivas de disturbios en las distintas ciudades de la región. España se encuentra en un escenario de desaceleración económica y estos hechos podrían agravar la situación.
Guillem López Casasnovas, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona vive esta situación con preocupación y analiza que es negativa para los cortoplacistas en términos económicos. Pero para aquellos que piensan que esto “tiene que llevar a un acuerdo mejor del estistente, el experto dice que “puede ser considerada como una inversión”.
El catedrático considera que la huelga general, así como las imágenes que se están viendo en los últimos días y la violencia en la que se han sumido las protestas, “dañan el espíritu catalán, barcelonés y de ciudad de acogida” para los turistas. Sin embargo, aclara que en el día a día la actividad comercial continúa y aquellas personas que no circulen por las zonas más conflictivas no notan los disturbios.
De todos modos, Casasnovas destaca la importancia de que haya un nuevo acuerdo como única forma de conciliar a las partes. “Esperemos que haya sensatez de la parte política para que esto sea desmontable. Veo como la situación de relaciones fiscales, financieras de Cataluña con España se deteriora”, analiza.
Faltan propuestas
España se encuentra en una situación de inestabilidad política a falta de un gobierno, y el catedrático considera que esto agrava la situación. “Hay cero propuestas… No puede ser que haya media ciudadanía huérfana de una propuesta para reconciliar”, expresa.
Según Casasnovas, el hecho que no haya un liderazgo político que busque negociar un nuevo acuerdo, favorece que aquellos que son soberanistas se vuelvan cada vez más independentistas. “Un soberanista que se siente olvidado, es probable que sea más independentistas”, valora.
El experto ha presentado una propuesta para salir de esta situación pero asegura que falta voluntad política. Además, en Cataluña hay conflictos internos entre partidos que no favorecen un acuerdo negociado. Por ello, cree que después de las elecciones, “algo se va a tener que poner por encima de la mesa”.