Jamaica, Kenia y semáforo. La era post Merkel abre todo un abanico de colores que representan a las diferentes coaliciones políticas de Alemania que, con el anhelo del bipartidismo, están condenadas a entenderse.
Ahora con la salida de la todavía canciller, el país se enfrenta, por primera vez en su historia, a una alianza de tres formaciones para poder dar luz a un nuevo Ejecutivo federal.
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Jamaica, Kenia y semáforo. La era post Merkel abre todo un abanico de colores que representan a las diferentes coaliciones políticas de Alemania
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A dos semanas de las elecciones más abiertas de los últimos años lo único que se sabe seguro es que el próximo Gobierno federal de Alemania nacerá no con dos cabezas sino con tres. Estará formado por tres partidos políticos, de diferentes naturaleza y semblante, pero como decíamos, condenados a entenderse en un país en el que la palabra “coalición” está a la orden del día.
Si el resultado de esta noche se parece un poco a lo que prevén las actuales encuestas de intención de voto, los alemanes tendrán que acostumbrarse a ver “tríos” en el Gobierno. No será el primer Ejecutivo tripartito, pero hay que remontarse a las dos primeras legislaturas de la recién fundada República Federal de Alemania para encontrar los otros.
En 1953 se celebraron las terceras elecciones federales tras la caída del Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial en las que el entonces canciller y líder de la Unión (CDU/CSU), Konrad Adenauer consiguió la mayoría absoluta con el 50,2% de los votos.
A partir de entonces, los partidos alemanes comenzaron a labrar su fama de ser capaces de llegar a acuerdos. Entre iguales, pero también entre diferentes.
Y bajo está premisa Alemania ha ido, poco a poco, construyendo una identidad política propia.
Siete décadas de alianzas...
A lo largo de los 70 años de historia de la República Federal de Alemania, podemos identificar diferentes épocas en función de los tipos de coalición que se iban formando. Después de aquella mayoría absoluta del canciller Adenauer, Alemania inicia la época de la bisagra liberal, esto es, una alternancia entre gobiernos de la CDU/CSU y de los socialdemócratas del SPD.
La llave para gobernar la tenían los liberales del FDP quienes ya hemos dicho que son los socios que todos quieren porque apoyan, pero no molestan. Y así, legislatura tras legislatura, han conseguido convertirse en la gran bisagra política de Alemania.
Inicio de la "Gran Coalición"
Esta lógica de alianzas con los liberales solo se ha visto interrumpida un par de veces en la historia, en 1966 y 1969, cuando se forma la primera 'Gran Coalición' de la historia entre democristianos y socialdemócratas bajo el mando de Kurt Georg Kiesinger y con Willy Brandt como su ministro de Relaciones Exteriores.
Es en 1998, por primera vez después de 29 años, cuando deja de haber ministros del partido liberal en el Gobierno alemán. La razón es que los socialdemócratas optan por asociarse con los ecologistas y formar la primera coalición rojiverde con Gerhard Schröder como canciller.
Los bloques
Un paso hacia delante que dejó entrever un cambio en la cultura política alemana. Desde entonces el país ya no se inclina por las diferentes alternancias en el poder entre los partidos mayoritarios de la mano con los liberales sino que se empiezan a conformar los primeros bloques ideológicos: a la izquierda… el SPD y Los Verdes… frente a la derecha… la Unión y el FDP.
Esa competencia y separación entre bloques se vio truncada con la llegada de una nueva época: la de las grandes coaliciones.
Entre 2005 y 2021, Alemania ha sido gobernada por la 'Gran Coalición' de la CDU y el SPD, con la única interrupción de un Gobierno de la CDU y el FDP entre 2009 y 2013.
Pactos locales
A nivel regional, la mitad de los estados federados en Alemania tienen un Gobierno de coalición formado por tres partidos. Cuatro liderados por el SPD, tres por la CDU y uno por Die Linke.
Si los agrupamos según quienes los integran, encontramos tres tripartitos de izquierdas, conformados por SPD, Die Linke y Los Verdes, en Berlín, Thüringen y Bremen; tres gobiernos de coalición Kenia, con la CDU, el SPD y Los Verdes, en los estados del este Brandenburg, Sachsen y Sachsen-Anhalt; un Gobierno de coalición Jamaica, la compuesta por CDU, Los Verdes y liberales, en Schleswig-Holstein, y un Gobierno entre socialdemócratas, verdes y liberales, más conocido como coalición semáforo, en Rheinland-Pfalz.
El panorama es inédito
Hay cinco partidos con opciones de formar parte del próximo Gobierno y al menos cuatro combinaciones posibles de tripartitos. Si los resultados dieran unos pocos puntos porcentuales a socialdemócratas o a conservadores, todavía podría haber otras dos combinaciones más de bipartito.
“No habrá Jamaica”, titularon algunos diarios alemanes en 2017, cuando los liberales de la FDP se retiraron de la negociación para la formación de un nuevo Gobierno, el que sería el último con Angela Merkel al frente. Y no la hubo, pero ahora las cosas han cambiado. Lo que seguro es que, al menos una fuerza de derechas, presumiblemente, el FDP estará en un Gobierno encabezados por unos u otros.
¿Unión de izquierdas?
Sin embargo, también está por ahí el fantasma de una posible “unión de izquierdas”. ¿Es posible? Sí, pero no lo más probable por la escasa representación que un partido como Die Linke pudiera tener en el próximo Bundestag.
Sin embargo, es la bandera que a esta hora enarbola la derecha con Armin Laschet actuando de Juana de Arco para movilizar a su electorado más reaccionario.
Con todo y con ello, ni el SDP ni los verdes quieren que les “ligue” ni siquiera a una izquierda que rechaza la mayor parte de Alemania y durante los últimos debates tanto Olaf Scholz como Annalena Baerbock han sido claros: con Die Linke no. Aunque en las últimas horas han querido calmas las aguas, por si las moscas y matizar el mensaje: con Die Linke no se pacta… a cualquier precio.
De momento así están las cosas: La Unión no quiere irse a la oposición. Scholz sueña con ser canciller y no contempla estar fuera del próximo Ejecutivo. Los Verdes y los liberales cuentan con hacerse cargo de ministerios con capacidad de influir en la vida de los alemanes. Y Die Linke anuncia que está haciendo trabajos de preparación de unas posibles negociaciones para una coalición de izquierdas. Para un tripartito, sobran dos. Y la carrera ya llega a su fin. Que comiencen los juegos del hambre.