Laschet, Scholz, Baerbock o el hasta ahora menos conocido, Lindner. Uno de estos apellidos se firmará sobre el membrete de la cancillería de Alemania antes de final de año y, uno de estos apellidos, pasará a la historia por ser el o la sucesora de Merkel.
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Laschet, Scholz, Baerbock o el hasta ahora menos conocido, Lindner. Uno de estos apellidos se firmará sobre el membrete de la cancillería de Alemania
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Las encuestas, de momento, no dan claro ganador de la contienda a ningún partido y menos en una campaña donde a esta hora más de la mitad de los alemanes ya ha emitido su voto [por correo] y en la que cada día pasa algo: cuando no son unas inundaciones en Baviera es el conflicto de Afganistán y, sino, el destino caprichoso que hace soltar alguna que otra carcajada cuando no se debe (le paso al conservador Armin Laschet visitando a las familias afectadas por las riadas de este verano) o un curriculum algo más vistoso de la “recomendable” (como firma el de la candidata de Los Verdes, Analenna Baerbock).
No sabemos quién ganará, pero si nos podemos hacer una idea (encuesta en mano) de cuál será el futuro de la política alemana y se resume en una palabra: duda.
El sucesor "natural"
El sucesor… digamos… natural de la todavía canciller Merkel responde al nombre de Armin Laschet. Un lastre para su partido (la CDU), según la prensa seria del país, un ridículo, según los diarios más amarillistas del país.
Más o menos adecuado que su contendiente en las primarias, Markus Schröder, jefe del partido enBaviera , Laschet ha sido objeto de chance y burla por allí donde pasaba.
Inundaciones, críticas internas, campaña sin rumbo, Afganistán y sobreexposición. Si tuviéramos que elegir cinco razones para tratar de explicar la debacle del candidato Laschet, serían estas. Es un candidato al que la cuestión climática le pone nervioso porque dice que el planeta no está tan mal como se dice.
Laschet encarna en campaña la figura del eterno alumno que trato de superar al maestro, más merkeliano que Merkel si queremos adaptar el mítico dicho popular, pero que, si se confirman lo que dice las encuestas apenas conseguirá mantener vivo su legado.
El dilema de la Unión
Pero Laschet no va solo en esto. Su partido es la Unión Conservadora Cristiana, la CDU, pero desde tiempos inmemorables, esta formación siempre se ha presentado de la mano de su hermana pequeña, la CSU de Baviera.
El partido más conservador de Alemania. Un partido que ha aprendido a construir poder por encima de las fronteras de su región.
Héroe del silencio
Y luego está el héroe del silencio. U Olaf Scholz, como se prefiera. Es el candidato de los socialdemócratas. Vicecanciller, ministro de Finanzas… ah… y una cosa más… el responsable de las malas decisiones de la política económica alemana de los últimos 20 años. Pues aun con estas… es el más probable, próximo canciller de Alemania.
Hasta hace poco, de hecho, este era un hombre que apenas salía en las quinielas. Durante meses ha estado tercero en intención de voto, por detrás de los verdes y muy alejado de los conservadores.
En el silencio se ha hecho fuerte e incluso se habla del "milagro Scholz" con el que ha llevado al partido a estimar un 23% de los votos, lejos de los mínimos históricos del 16% de las pasadas elecciones.
“A día de hoy, Olaf Scholz como canciller federal es un escenario muy realista”, asegura Der Spiegel.
El perfil de Scholz no es el de una estrella política sino más bien el de un hombre paciente que ha sabido esperar a su momento y, sobre todo, a que sus contrincantes hayan fallado.
El éxito de Los Verdes
Y como no hay dos sin tres. Falta la tercera el discordia en esta relación. Analenna Baerbock candidata de Los Verdes y aspirante a sacarlos del letargo histórico en el que están sumidos.
Pero vayámonos al pasado 19 de abril… cuando… la formación medioambiental rompió moldes e hizo historia con dos decisiones de calado.
Una fue elegir por primera vez cabeza de cartel para las elecciones federales. La otra, apostar por una mujer como candidata.
El favorito: los liberales
Y si hablamos de gobiernos semáforos o jamaicanos (por el color de las formaciones que integrarán el próximo ejecutivo) no nos podemos olvidar de los amarillos, los liberales y su candidato, Christian Lindner.
El FDP, el histórico partido liberal fundado en 1948 es el partido bisagra por excelencia en Alemania con 43 años de Gobierno a sus espaldas (siendo el socio menor) y eludiendo la responsabilidad de gobernar… han hecho de esta práctica todo un arte.
Las actuales encuestas sugieren que el próximo Gobierno alemán será por primera vez producto de la alianza de tres fuerzas. Y aquí es donde los liberales se convierten en el socio más codiciado por todos. Porque apoya, pero no molesta.
AfD residual
Luego está la ultraderecha de Alternativa para Alemania que entre discursos antivacunas y contra la inmigración y los refugiados están teniendo más de un problema para orientarse.
Ya pocos dudan de que Alemania tendrá por primera vez un Gobierno de tres partidos en coalición y a cada alianza más compleja que la anterior. ¿Lo que sabemos? Que por delante se avecinan semanas o meses de intensas negociaciones y, de hecho, nadie… NADIE… descarta que Angela Merkel… 16 años después… siga ejerciendo de canciller cuando empiece el próximo año y no por ella, sino porque no la quieren dejar irse.