El banquero central europeo busca acercar inflación al objetivo del 2% y que el dinero llegue a la economía real en forma de créditos. En este punto, Juan Ignacio Crespo cree que el BCE conseguirá algo, pero no todo por la falta de solvencia de la eurozona: la banca necesita oferta y demanda solvente para poder prestar.
Otro de los peros que Crespo le saca al QE es el reparto de los riesgos entre cada país en caso de impago. Considera que esto nos aleja del objetivo del mercado único, aunque asegura que no va haber default y nadie saldrá del euro.
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