De acuerdo con las previsiones de Crédito y Caución, el crecimiento del PIB en Europa del Este se ralentizará ocho décimas en 2019, hasta situarse en el 2,6%. Las tensiones comerciales mundiales, el incremento de la incertidumbre en torno al conflicto entre Estados Unidos y China junto con el riesgo de un posible Brexit sin acuerdo ponen bajo fuerte presión a muchas economías de Europa que provocará una brusca inflexión en la tendencia de las insolvencias en la región, pasando de la disminución del 5% en 2018 a un incremento del 2% en 2019.
De acuerdo con el Barómetro de Prácticas de Pago en la región, que tiene en cuenta la opinión de 1.500 empresas de Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, Polonia, República Checa, Rumanía y Turquía, el 24% de la facturación de la región estaba impagado en la fecha de vencimiento.
Crédito y Caución prevé que la disminución de las perspectivas de crecimiento para Europa del Este empeore el comportamiento de las insolvencias. Los niveles más altos de quiebras en la región se registrarán en Turquía (+10%), Polonia (+4%) y Rumanía (+3%). El sector manufacturero es el más expuesto, debido a su alta integración en la cadena de valor global.
Los impagos de los clientes afectan negativamente a los flujos de caja e implican la necesidad de compensar los déficits de liquidez para llevar a cabo las operaciones comerciales. Si el acceso a la financiación bancaria se restringiese en el corto y mediano plazo, las empresas de la región compensarían el aumento de sus costes de capital reduciendo la inversión en el crecimiento de los negocios y la fuerza laboral a través de despidos o congelación de contrataciones.
La economía mundial sigue revelando sus debilidades, y ahora se encuentra en una senda de crecimiento notablemente más lenta. En medio de las crecientes tensiones geopolíticas y de las continuas incertidumbres, el riesgo de letargo del comercio mundial va en aumento. Se prevé que esto debilitará el crecimiento económico en muchos países de Europa del Este, lo que aumentará las perspectivas de insolvencia en los próximos meses. En este contexto, la gestión estratégica del riesgo de impagos por parte de los clientes es esencial para evitar graves problemas de flujos de caja y allanar el camino hacia un crecimiento empresarial seguro y sostenible.