En todo caso, en opinión de Molinas, “no es un mal presupuesto comparado con años anteriores, pero necesitamos que España tenga una de las tasas de crecimiento más elevadas de Europa para tener un presupuesto que cumpla los objetivos de déficit”
Respecto a la recaudación prevista en los presupuestos, que algunos consideran demasiado optimista, César Molinas considera que ese es un asunto menor, y que lo importante sería abordar una reforma tributaria de calado, porque “los parches que se han ido poniendo hacen que en algunos casos la filosofía de algunos impuestos sea contradictoria”. Respecto a la caída en la recaudación por IVA, el problema no es el fraude fiscal, sino los tipos, que están por debajo de la media en Europa, especialmente mirando a los grandes países.
En lo tocante a las recomendaciones del Banco de España, asegura Molinas que son recomendaciones sin demasiado fundamento, cargadas de buenas intenciones pero con poca aplicación real. Si miramos a los salarios, no suben porque “las empresas no lo ven ni rentable ni necesario. Si fuera su mejor opción si subirían esos salarios”.
Con la deuda pública ocurre algo similar a lo que ocurre con la fiscalidad; hacen falta reformas para evitar que siga creciendo, más allá de que se reduzca de forma coyuntural debido al crecimiento del PIB.