La corte suprema en Reino Unido obligará a pasar la decisión del brexit por el Parlamento británico.
Ocho de los once magistrados de la corte suprema de Reino Unido hacen que la decisión unilateral de abandonar la Unión Europea por parte del gobierno británico deba votarse en el Parlamento. Consideran que es un paso irrevocable que afecta a las leyes en vigor, y que no se puede utilizar la llamada prerrogativa real para saltarse la aprobación parlamentaria.
El gobierno de Theresa May no recurrirá la decisión ante el tribunal europeo de justicia, sino que redactará un párrafo pidiendo la potestad para activar el artículo 50 del Tratado Europeo y así comenzar el proceso. Los parlamentarios probablemente le darán ese permiso, porque la propia May aseguró que, llegado el momento, someterá todo el acuerdo al dictamen del parlamento. De esta forma los parlamentarios no quedan excluidos, y tendrán voz y voto en el proceso. Además, votar contra la activación del artículo 50 sería algo muy impopular, porque la gran mayoría de las circunscripciones electorales votaron a favor del Brexit.
El proceso podría alargarse si en la cámara alta los lores, que no son elegidos por la ciudadanía, deciden proponer enmiendas una y otra vez al texto final, lo que daría un año de margen a los opositores al brexit. Un plazo tras el cual la cámara de los comunes puede saltarse la aprobación de los lores y dar el visto bueno definitivo al Brexit.