Hoy previsiblemente el Consejo de Ministros va a dar luz verde a dos polémicos nuevos impuestos: la tasa Google y la tasa Tobin. En el caso de la primera, el impuesto digital, el peligro viene porque se puede despertar la ira de Estados Unidos y que Donald Trump decida iniciar medidas contra nuestro país.
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De hecho en Francia, donde ya se aprobó una tasa digital similar a la que se propone en España, se encuentra en suspenso. Tras una conversación entre Emmanuel Macron y su homólogo estadounidense decidieron dejarla aparcada a la espera de lo que decida la OCDE.
En este sentido Borja Adsuara, abogado, consultor y experto en derecho y estrategia digital, explica en Capital Radio que se tiende a pensar que, cuando ya salen del Consejo de Ministros, las normas entran en vigor, pero no es así. Queda todavía la tramitación parlamentaria y en este caso podría no aplicarse hasta final de este año o principios del próximo.
Escucha la entrevista completa en el siguiente podcast:
Hablamos con Borja Adsuara, abogado, consultor y experto en derecho y estrategia digital, sobre la tasa digital que quiere aprobar el Gobierno
Para Adsuara, esta tasa digital supone un problema en un mundo globalizado. Señala que desde el punto de vista ético puede tener sentido, "todos estamos de acuerdo, hasta el Papa Francisco lo ha dicho, en que se deben pagar impuestos en los sitios de los que se extraen las rentas".
Pero la actual situación internacional permite la ingeniería fiscal, que permite a las empresas elegir en qué país quiere tributar. Por ello, si se quiere imponer un impuesto sobre un determinado negocio la solución debe ser global.
Por eso los países que den pasos de forma individual se enfrentan a la respuesta de Estados Unidos. El país puede imponer aranceles que acaben pagando otros sectores (es el caso de los agricultores, que se ven ahora afectados a causa de unas ayudas a Airbus).
Si se da este escenario, Francia o España no pueden mantener el pulso contra EEUU como sí ha hecho China.
"Las tensiones comerciales gustan a los electores de Trump"
La pelota está en el tejado de la OCDE; se encargó al organismo que elaborase un proyecto de impuesto para todos los países miembros. El borrador estará listo en junio y podría ver la luz a final de año.
De ahí que tanto Francia (con una suspensión) y España (que no ha suspendido el impuesto pero dice que el pago será anual) estén dejando sus tasas en stand by, para esperar a lo que diga la OCDE y evitar así la ira estadounidense.
Y es que tampoco se espera que la Unión Europea se desmarque e inicie el desarrollo de una tasa a nivel europeo. Entre otras cosas porque tras la relajación de las tensiones comerciales de EEUU y China y la firma de un acuerdo con Canadá, ahora Donald Trump podría posar sus ojos sobre Europa.
Aunque tampoco a la primera potencial mundial le conviene una guerra comercial contra la UE, sí puede elevar las tensiones porque este año se enfrenta de nuevo a las urnas y está estrategia (America First) le funciona entre sus electores.