La guerra en Ucrania trastoca todo el escenario macroeconómico dibujado por el Banco de España en diciembre. Ahora la entidad dobla la previsión de inflación al 7,5% en 2022 (vs 3,7% de pronóstico de diciembre) y recorta la estimación crecimiento al 4,5% (nueve décimas menos).
El Banco de España reconoce que la guerra acarrea una perturbación económica severa y que los riesgos del escenario central que dibuja son a la baja. Explica la institución que el conflicto nos afecta por tres vías: la subida de los precios de las materias primas, el canal comercial ante la previsión de menor actividad económica y el canal confianza. Respecto a este último, el motivo es que en un entorno más complejo tendemos a retrasar las decisiones de compra.
Como esta crisis económica llega cuando no nos habríamos recuperado aún de la que provocó el COVID-19, la entidad retrasa al tercer trimestre de 2023 la recuperación de los niveles económicos prepandemia (actualmente estamos en un 3,8% por debajo).
¿Evitará España la recesión por la guerra?
En su nuevo escenario, el Banco de España estima que el crecimiento de la economía española en el primer trimestre de 2022 ha sido del 0,9%. Y considera que de no agravarse el conflicto, la mayor incidencia de la guerra en la economía se verá en el segundo trimestre.
La entidad trabaja con la previsión de que la economía española crezca de manera muy suave en el segundo trimestre del año. Y en el escenario más probable no estima que veamos recesión técnica (dos trimestres consecutivos de contracción) en España. Aclara, eso sí, que esa recesión no se puede descartar completamente por el entorno de incertidumbre del propio conflicto bélico.
Ángel Gavilán, Director General de Economía y Estadística ha sido el encargado de presentar las previsiones del Banco de España. El propio Gavilán ha pedido interpretar con cautela estas estimaciones. En cualquier caso, el Banco de España descarta un impacto significativo de la crisis provocada por el conflicto de manera estructural en la economía.
Inflación cercana al 10% hasta el verano
La entidad que preside Pablo Hernández de Cos trabaja con un escenario de tasas interanuales de inflación de entre el 9% y el 10% hasta el verano. En ese momento empezaría un descenso gradual.
El Banco de España ha hecho un ejercicio de dibujar cuatro escenarios hipotéticos. Advierte de que se trata de ejercicios académicos poco probables pero que ayudan a entender lo que sucedería con la economía en otros supuestos.
Por ejemplo, en un escenario en el que se materialice una inflación de segunda ronda. Supuesto derivado de que hogares, trabajadores y empresas traten de proteger renta real, la inflación media este año subiría dos puntos sobre el escenario central. Esto quiere decir que el IPC del año se iría al 9,5%. El Banco de España advierte de que en este supuestos la economía española perdería mucha competitividad con impacto negativo en PIB y empleo.
Es interesante un matiz que ha realizado la entidad en su presentación: las empresas no están trasladando a completamente a los precios de sus productos el aumento de costes. Y los márgenes de las empresas se están reduciendo.
Para otro escenario supuesto, en el que los precios de la energía no bajasen y se mantuvieran en los máximos vistos en marzo, la previsión de PIB para 2023 se reduciría. En concreto bajaría en cuatro décimas sobre el escenario central.
Si nos vamos a un tercer el supuesto en el que se cortara totalmente el comercio bilateral europeo con Rusia, incluida la energía, la inflación subiría un 1,5%. Se trata de un porcentaje extra en 2022 sobre el escenario central del 7,5%.
El Banco de España hace un cuarto ejercicio, en este caso más optimista que el central. Que suba con fuerza el gasto derivado de la bolsa de ahorro y que se estima en 85.000 millones de euros. Y en este escenario el crecimiento de la economía se acercaría al 5%.