El momento en el que se ha implementado este impuesto es otro motivo más por el que desde BME rechazan este impuesto. "En un momento en el que se estaba regulando este impuesto a nivel europeo, salimos con una medida nacional", explica.
Las consecuencias del impuesto en la economía española son muchas. Entre otras, que es muy difícil implementar esta tasa en España por la manera en la que se pueden contratar valores españoles, o que va a hacer que el dinero se vaya a otros mercados.
Y no son las grandes compañías las que van a salir perjudicadas. Ellas simplemente se limitarán a pasar el balón, porque quien va a pagar ese impuesto será el inversor final. Recordemos que el impuesto solo afecta a los valores de empresas que valen más de 1.000 millones en bolsa, "y eso lo van a pagar los inversores finales".