Zamácola reconoce que el cambio climático pasa factura al sector textil, algo que se refleja especialmente en los últimos años. Insiste en que no tiene sentido adelantar a verano colecciones de invierno que luego terminan rebajadas: "Que las rebajas vayan a ser positivas es un dato muy negativo para el comercio, porque eso quiere decir que no hemos hecho los deberes antes, que los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre se han dado regular y tenemos mucho stock y mercancía que tenemos que quitarnos de encima".
Las expectativas del sector pasan por un aumento de las ventas de entre el 5 y el 10 por ciento. Esto trae de la mano un aumento importante de las contrataciones. Sin embargo, Zamácola no espera que los contratos se extiendan en el tiempo si la recuperación del consumo no llega al sector textil.