El Banco Central Europeo mantiene sin cambios su política monetaria y, pese a que la tasa de facilidad de depósito sigue en negativo (-0,40%), lo cierto es que los bancos europeos no han reaccionado a la baja, ya que es para la próxima reunión cuando esperan un balón de oxígeno.
Que la tasa de facilidad de depósito continúe en negativo penaliza la liquidez de los bancos (depósitos y similares, no aquello que tienen provisionado), y es algo que, en cierta medida, puede lastrar el balance de las entidades. Una situación anómala que desde esos gigantes bancarios, a través de la voz del Bundesbank, han pedido en varias ocasiones que cambie. Desde el mercado esas expectativas de cambio estaban puestas en la próxima reunión, por lo que las entidades financieras no están sufriendo la decepción en bolsa.
Por lo demás, la política monetaria del Banco Central Europeo se mantiene sin cambios en todos los sentidos, por lo que los tipos de interés siguen planos (entre el 0 y el 0,25%), en aras de alcanzar lo que la entidad europea considera su objetivo de inflación, por debajo pero cerca del 2%.
El BCE deja sin cambios su política monetaria por lo que la tasa de facilidad de depósito continúa en negativo, penalizando la liquidez de los bancos
La entidad ha reconocido que hay cierta ralentización en la economía de la eurozona, según muestran los últimos datos. Un frenazo que podría alargarse durante todo el año, debido a los principales riesgos, que siguen siendo el Brexit, el proteccionismo comercial de Trump o la vulnerabilidad de los países emergentes. Por eso, Draghi ha prometido qué estudiarán qué medidas de estímulo monetario serían necesarias si el estancamiento se termina transformando en recesión. No obstante, no ha dado detalles sobre qué postura podría adoptar sobre la tasa de depósitos, ni sobre los TLTRO's, pero deja la puerta abierta a estudiar esas opciones.
Además, el presidente del BCE ha lanzado un aviso a los bancos, porque recuerda que se mantiene la necesidad de avanzar en la consolidación. Según advierte, el sector financiero europeo está sobredimensionado y necesita adoptar acciones para mejorar su modelo de negocio.
En cuanto a los países del bloque, Draghi les ha recordado que, además de la política monetaria del BCE, hace falta que las economías de la eurozona hagan los necesarios ajustes fiscales y reduzcan deuda, para "lograr una estructura de las finanzas públicas más favorable para el crecimiento".