Entre las razones incluye el agotamiento del sector turístico, que, dice, podría ser compensado por la construcción. Además, entre los vientos de cola se recoge el beneficio derivado de la caída del precio del petróleo, la reducción del tipo de interés para los sectores público y privado y el agotamiento de la "demanda embalsada". Este concepto indica el ahorro mantenido durante una situación de riesgo que se convierte en consumo cuando la economía mejora.