Uno de cada seis jóvenes (el 17%) que estaban trabajando antes del inicio de la pandemia dejaron de trabajar totalmente. Concretamente, los trabajadores de menor edad, de entre 18 y 24 años, los trabajadores ocupados en la prestación de apoyo administrativo, los servicios, las ventas y la artesanía, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo.
Además, las horas de trabajo de los jóvenes empleados disminuyeron casi una cuarta parte y el 42% indicaron una reducción de sus ingresos.
Este informe describe los efectos inmediatos de la pandemia en la vida de los jóvenes en lo que respecta al empleo, la educación, el bienestar mental, los derechos y el activismo social.
En un apartado tan importante como la educación, las consecuencias de la Covid-19 no se han hecho esperar. Uno de cada ocho jóvenes (el 13%) se han quedado sin acceso a los cursos, a la enseñanza o a la formación. Importante mencionar que esta situación fue particularmente crítica entre los jóvenes que viven en países de ingresos más bajos.
Bienestar mental y soluciones
A raíz de la gravedad de esta situación, el 17% de los jóvenes probablemente sufran ansiedad y depresión. El bienestar mental es menor entre las mujeres jóvenes y los jóvenes de menor edad, de entre 18 y 24 años.
Los jóvenes cuya educación o trabajo se había interrumpido o había cesado totalmente tenían casi dos veces más probabilidades de sufrir ansiedad o depresión que los que continuaron trabajando o aquellos cuya educación siguió su curso.
De acuerdo a Natalia Díaz, consejera de la oficina OIT para España, " El diálogo social es la principal herramienta para solucionar un problema que afecta a la capacidad productiva de los jóvenes".