Este experto del Instituto de Estudios Estratégicos hace hincapié en la maldición de los recursos, que generan dependencia económica al país. Si el petróleo era un éxito del modelo económico ruso, tras la caída de precios es más bien un lastre. Afirma que quien tiene la llave de los suministros energéticos tiene una capacidad de presión política muy fuerte; pero, como le ha pasado a Rusia, es una herramienta de gran fortaleza y, al mismo tiempo, de gran debilidad.