Todas las guerras suelen ser bautizadas en alusión a sus protagonistas. En este caso: salchichas, nuggets de pollo y carne picada. Así, conocemos popularmente a la “guerra de las salchichas” como el conflicto desatado entre Reino Unido y la UE, con motivo de la aplicación de los acuerdos del Brexit. La circulación de productos cárnicos refrigerados a Irlanda del Norte, ha sido el detonante que dinamitó esta contienda en particular.
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Procurando calmar las aguas y evitar un “verano caliente” entre las regiones, ambas partes han pactado una prórroga para que los productos cárnicos refrigerados puedan seguir siendo exportados desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte hasta el 30 de septiembre. Una vez finalizado el aplazamiento, los productos británicos deberán pasar los controles fitosanitarios correspondientes.
Tal y como ha dejado claro la Comisión Europea, está será la última prórroga. En este tiempo, Reino Unido e Irlanda del Norte tendrán que sellar las condiciones futuras de los controles aduaneros. Además, los establecimientos norirlandeses podrán seguir importando estos productos a lo largo de tregua pero deberán aprovechar también para buscar proveedores alternativos al sector británico.
La prórroga, que busca evitar una potencial falta de suministros en el comercio de Irlanda del Norte, “no da predictibilidad ni estabilidad a las empresas de la región”, explicaba Maros Sefcovic, vicepresidente de la Comisión Europea y negociador de la UE, en rueda de prensa en Bruselas.
Desde la orilla de Londres, la “tregua” ha sido interpretada como un avance con carácter provisional. “Es un primer paso positivo, pero todavía tenemos que llegar a una solución permanente. Irlanda del Norte es una parte integral del Reino Unido y sus consumidores deberían poder disfrutar de los productos que han comprado en la Gran Bretaña durante años”, dijo el negociador británico, David Frost.
Tregua sí, pero con condiciones
El acuerdo firmado el martes 30 de julio no es una carta blanca. En sus páginas alberga condicionantes importantes como el obligado etiquetaje de todos los productos con destino a Irlanda del Norte. Así mismo, de acuerdo a lo firmado, los estándares de la mercancía no pueden modificarse durante el trayecto.
Otras concesiones de Bruselas
Bruselas abre la mano en otros campos. La comunidad permitirá la entrada de medicamentos genéricos del Reino Unido a Irlanda del Norte y el paso de los perros guías, así como también librará a los conductores británicos de disponer de la carta verde de seguros para viajar a esta región. Con estas concesiones desmiente las acusaciones vertidas desde Londres sobre supuesta inflexibilidad.
Según el gobierno inglés. la Comisión Europea encarna un apego excesivo a las reglas.Los británicos preferirían no restablecer los controles físicos en la frontera entre la República de Irlanda y Irlanda del Norte y evitar dejar una entrada por la puerta de atrás al mercado único europeo… Aunque su empresa se está demostrando muy difícil de llevar a buen puerto.
A pesar de la tregua en la “guerra de las salchichas”, la Comisión Europea mantiene abiertas las acciones legales emprendidas contra Reino Unido por cambiar los términos del acuerdo del Brexit unilateralmente. También hay otros terrenos embarrosos, como los derechos de pesca, el acceso a los mercados financieros o el estatus de los diplomáticos. En esos frentes todavía no se han resuelto las discrepancias, y de no hacerlo pronto, la guerra entre la Unión Europea y su nuevo vecino está servida.