Las campanas de acuerdo suenan en Bruselas, y no por primera vez. La UE y el Reino Unido ya firmaron un acuerdo del Brexit hace casi un año. Concretamente el 25 de noviembre de 2018.
Se hizo bajo el mandato de Theresa May. Y lo más curioso es cómo presentaba Jean Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, el pacto: "el mejor y el único acuerdo posible".
Al final ha resultado en que no es el único acuerdo posible. Ahora tenemos otro, pero como acabe como el anterior quizá tampoco podamos ser demasiado optimistas.
Para que el acuerdo entre en vigor, debe ser ratificado por el Parlamento Británico. Allí el pacto se presentó hasta tres veces a lo largo de tres meses y se cumplió el dicho de "no hay dos sin tres": las tres veces fracasó.
¿Qué era lo que no gustaba a los diputados británicos del acuerdo de May? Algunos decían que querían un Brexit más suave, otros que lo querían más duro, y otros querían un segundo referéndum. Además, Theresa May partía con otra desventaja: tenía una mayoría justa en el Parlamento y como fallara algún diputado, la perdía.
Ese fracaso le costó a Theresa May una moción de confianza en enero y la dimisión en mayo.
Diferencias entre el acuerdo de May y de Johnson: ¿qué pasa con Irlanda del Norte?
A lo largo de un año ya hemos visto dos acuerdos del Brexit. Pero ¿en qué difieren uno del otro? La principal diferencia está en la nueva posición de Irlanda del Norte, el único territorio británico que colinda con tierras europeas.
En el acuerdo con Theresa May, la UE y Reino Unido se pusieron de acuerdo con respecto al famoso backstop. Esto era una garantía para que no hubiera una frontera dura. Según este backstop, Reino Unido se quedaba dentro de la unión aduanera europea e Irlanda del Norte tendría que seguir las normas del mercado único. Y esto no gustaba nada a los pro-Brexit porque tenían miedo de que Reino Unido se quedara atado a las normas europeas.
Ahora las cosas son diferentes. En el acuerdo de Boris Johnson Irlanda del Norte sigue en el mercado único pero se queda fuera de la unión aduanera. Es decir, tal y como lo explicaba Barnier esta mañana, los productos que entren por Irlanda del Norte estarán sujetos a aranceles británicos siempre y cuando esas importaciones no corran el riesgo de entrar el mercado único. En ese caso, sí estarán sujetos a aranceles europeos.