Hedwig Eva Maria Kiesler conocida como Hedy Lamarr, fue una actriz de cine e inventora austriaca. Fue Dalila en Sansón y Dalila (1949), dirigida por Cecil B. DeMille y al comienzo de la Segunda Guerra Mundial fue coinventora junto a George Antheil de la primera versión del WiFi y del Bluetooth al crear un sistema para detectar torpedos teledirigidos y enviar señales de transmisión entre frecuencias de espectro magnético. Este trabajo llevó a su incorporación al National Inventors Hall of Fame en 2014, pero también tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1960. Sin embargo, a día de hoy, la brecha de género en el sector TIC sigue muy marcada por la presencia masculina. El 30% de puestos de trabajo en las grandes empresas TIC en Europa están ocupados por mujeres, cifra que se reduce a la mitad en el caso de España (15,6%), según datos del “Libro Blanco de las mujeres en el ámbito tecnológico” publicado por Eurostat. Si a estos datos le sumamos que dos de cada tres empresas de telecomunicaciones de Europa no cuentan con mujeres entre sus directivos, según Womenalia/Accenture, se refleja que el llamado techo de cristal existe sin lugar a dudas.
La reciente revisión del Código de Buen Gobierno de la CNMV, destaca la conveniencia de que las sociedades fomenten el aumento del número de altas directivas, para reforzar a largo plazo la diversidad de género en los consejos de administración sino para maximizar el talento. El año 2020 finalizó con 32 mujeres más en los consejos de administración de las empresas cotizadas, pero solo son cuatro las empresas que ya alcanzan el objetivo del 40% de consejeras del Ibex 35 y en el mismo índice, las mujeres de alta dirección tenían un peso del 16,9% a finales del pasado año. En las empresas de más de 500 millones de capitalización, la cifra ascendía al 17,39% y en las de menos de 500 millones, al 16,59%. Con estos datos en la mano, la situación exige algo más que una simple reflexión.