Es evidente es que la diversidad aporta riqueza intelectual y talento. Se repite de forma recurrente que necesitamos más referentes femeninas, no solo tecnólogas, sino también emprendedoras, porque en ambos casos hay déficit. Las mujeres asocian ingeniería con dificultad y a partir de los seis años las niñas discriminan entre lo fácil y lo difícil: lo fácil para las chicas y lo difícil para los chicos. Mientras crecen, pierden interés en la tecnología y en las ciencias.
En el mundo TIC se hace imprescindible una mayor visibilidad femenina
Necesitan contrastar que hay mujeres que han alcanzado el éxito en profesiones relacionadas con las ciencias y las ingenierías, poniendo en valor el objetivo final de estas carreras, que persiguen facilitar nuestra vida en un mundo marcado por la digitalización y la tecnología. Las razones del escaso interés se deben a que no está asociada la digitalización con temas sociales. No es lo mismo hacer algoritmos para perseguir el fraude, hacerlos para aplicarlos en medicina y curar una enfermedad, o para proteger el medio ambiente, por citar algunos ejemplos.
En el mundo TIC se hace imprescindible una mayor visibilidad femenina, no es un deseo, es una necesidad. Las mujeres representan el 1,2% del empleo TIC femenino en nuestro país, mientras que los especialistas hombres en las mismas disciplinas alcanzan el 5%. Es evidente que esto obliga a una importante revisión de los planes de igualdad en el sector. No es fácil ser una mujer líder en tecnología, pero tampoco es un reto imposible. Se necesita preparación, valentía y mucha pasión, cualidades que poseen de sobra.
Las mujeres son muy fieles a las empresas donde son bien tratadas en entornos de igualdad, siendo este un hecho constatable que juega a su favor ante la volatilidad en el empleo en el mundo digital. Los nativos de la generación Z promedian 2,4 años de permanencia en una empresa. No es que los despidan, es que ellos quieren cambiar de empleo por conocer nuevos entornos laborales, tener una formación en nuevas disciplinas y marcarse nuevos retos personales. No podemos permitirnos el lujo de tener un futuro sin mujeres empoderadas en el mundo TIC.