Europa pide solidaridad. Esta vez no quieren evitar un descalabro de la Unión ni la desaparición del euro. Tampoco se busca la emisión de deuda mancomunada para salvar las finanzas públicas de cada uno de los socios.
Esta vez es porque queremos tener la casa fresca en verano y, sobre todo, caliente en verano aunque Vladímir Putin quiera atentar cortando de golpe el suministro del gas hacia el viejo continente.
La propuesta de la Comisión ya está sobre la mesa y esto es lo que tendremos que hacer si no queremos sucumbir a Moscú.
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Si cortamos el grifo del gas con Rusia el PIB de la zona euro caerá sobre el 1,5% y que solo en Alemania, según el FMI, el recorte en la actividad económica será cercano al 5%
Concepto curioso este el de la solidaridad ‘obligada’ que se repetía esta mañana en los pasillos de Bruselas a cuenta de la nueva normalidad con la que no será fácil convivir, pero que según el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, nos permitirá elegir el mundo en el que vivimos en estos tiempos de test de estrés donde todos los escenarios están abiertos.
Y en el que no sabemos hacia dónde tirará el Kremlin: si hacia el corte total o parcial enviando menos gas del que hasta ahora nos hacía llegar a Europa, sobre todo a Alemania y el resto de países de centro Europa para que sean capaces de sobrellevar las nieves de un invierto que en una alegoría llena de sorna nos transporta al mundo de ‘Juego de Tronos’.
Porque lo que hoy ha propuesto la Comisión Europa que, así en resumen, son duchas más cortas, apagar electrodomésticos y bajar el aire acondicionado es algo que podemos hacer o no, pero atención al aviso: si la crisis va a peor, se obligará a cerrar el grifo con toques de queda, incluso, para las farolas de las calles porque todos los Estados miembro, no nos libramos ni uno de los 27 de la Unión Europea, tendremos que tomar medidas si no queremos perder el trabajo ni pasar frío.
Sobre la mesa opciones para consumir menos y, sobre todo, para evitar lo que busca Moscú que Europa se divida, que cada uno vayamos por nuestro lado y que él pueda aprovechar esas grietas que no queremos que se abran a pesar de que la amenaza, tal y como alerta la Comisaria de Energía, Kadri Simpson, planea sobre nosotros que tenemos, insisto que recortar el gasto energético.
Aunque si Rusia no funciona, tenemos otras fuentes Estados Unidos, Qatar, Egipto y en las últimas horas hasta Azerbaiyán nos dicen que nos darán gas, a precios no bajos, para que nosotros podamos seguir apoyándolos en la consecución de sanciones para con Rusia: desde el petróleo hasta el gas y el carbón pasando por el oro y las limitaciones a las operativas bancarias de cientos y cientos de oligarcas afines a Putin que vagan por uno y otro lado del planeta.
Ahora bien, no todo son restricciones. La Comisión Europea permitirá que los Estados miembro concedan hasta 500.000 euros en ayudas estatales a las empresas afectadas por las sanciones contra Rusia. Es una de las conclusiones que extraemos de esta hoja de ruta que esconde los números y va a las acciones.
El corte en números
¿Uno de los números que se guarda debajo de la chaqueta? Que si cortamos el grifo del gas con Rusia el PIB de la zona euro caerá sobre el 1,5% y que solo en Alemania – y esta es una alerta reciente del Fondo Monetario Internacional – el recorte en la actividad económica será cercano al 5%.
Ahora bien, Rusia, concretamente Putin pone soluciones sobre la mesa porque Gazprom a su juicio, hasta ahora ha cumplido, está cumpliendo y cumplirá si el Nord Stream 1 vuelve a funcionar – se prevé que lo haga mañana a menor capacidad – el contratiempo es que habrá que pararlo otra vez porque hay otra turbina que falla y que se tiene que arreglar en el extranjero.
Y por eso insiste el ruso: si no funciona el primer gasoducto, se puede utilizar el Nord Stream 2 que ahí está muerto de risa.
¿El problema? Que este viaducto que va por el Báltico está paralizado y a la espera de los permisos desde que Olaf Scholz en cuanto llegó al Gobierno decidiera dejarlo en barbecho.
Pero, ¿qué pide Bruselas a la ciudadanía?
Que compartamos y contribuyamos con lo que podamos y nos dice que, de esta manera lo superaremos aunque haya que sufrir.
Así, para que todos nos entendamos, lo que tendremos que hacer es reducir la demanda en calefacción y refrigeración de edificios, o calentamiento de agua. Cambios de comportamiento como reducir la temperatura del hogar, acortar las duchas, apagar los electrodomésticos en lugar de ponerlos en reposo, cocinar, refrigerar y congelar de manera eficiente, aunque no nos dicen cómo es esto.
De momento, España ya está haciendo su parte porque tenemos el 81% de las reservas de gas ya aquí con 14 fuentes de entradas de gas. Rusia no es significativa. Tenemos reservas para un mes. Si mañana se congelara el planeta, podríamos sobrevivir un mes. El Ministerio para la Transición Ecológica, por ejemplo, hace días que no pone el aire acondicionado y abre las ventanas mientras que las luces se apagan donde no haya nadie.
Viendo esto, la del gas es peor que la crisis del euro de 2008. Recesión, apartamentos sin calefacción, precios altos: la solidaridad dentro de la UE estaría sujeta a una prueba de estrés en una Unión Europea en la que, en estos momentos, solo existen seis acuerdos de emergencia de suministro entre todos los aliados.