Rusia mantiene su ofensiva. Moscú utiliza a Ucrania como arma arrojadiza contra Occidente y los inversores, entre dudas, entran y salen del mercado auspiciados por la última hora. Mientras tanto, las empresas sufren y las capitalizaciones, poco a poco, van menguando en ciertos sectores.
¿Cuánto han perdido, entre otras, las grandes entidades bancarias rusas o las energéticas en apenas unas horas? ¿Dónde y cómo estar posicionados?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Rosneft o Sberbank sufren las mayores caídas en la Bolsa de Moscú, pero la exposición de otras como HSBC, RBI o ING hace peligrar el negocio
Los temores a una gran guerra en territorio europeo van cogiendo forma. Lo hacían ni siquiera hace 24 horas o, al menos, se recrudecían.
Cuando Vladímir Putin, en un mensaje grabado a la nación que hizo pasar por un directo, de más de una hora, anunciaba que pasaba a la ofensiva. Que volaba todos los puentes de los Acuerdos de Minsk de 2015 (se reconocía la independencia de las regiones de Donetsk y Lugansk) que nunca se llegaron a implementar al completo: los problemas clave siguen sin resolverse.
Porque ocho años después de estos pactos rubricados, con nocturnidad y alevosía, entre Rusia, Ucrania, Alemania y Francia en febrero de aquel año, la paz, que es lo que buscaba conseguir, no se ha alcanzado.
Los enfrentamientos entre las milicias prorrusas (la gran mayoría de la población se muestra favorable a una anexión a Moscú) y el Ejército ucraniano, en horas bajas, pero profesionalizado en los últimos años, se mantienen.
Putin, en las últimas horas, haciendo caso omiso a los requerimientos de diplomacia de Occidente pasaba al ataque y culpaba, de hecho, a la OTAN y al Gobierno de Kiev de ser los responsables de un “futuro derramamiento de sangre” que no descarta.
Entre las ideas y venidas, amenazas y guerras dialécticas entre Moscú y Washington, todos se afanan por “mantener la paz”.
Pero todos se reúnen para anunciar la palabra que escucharán cientos de veces en los meses que nos esperan: sanción.
¿Principal mercado afectado?
Robert Halver, jefe de análisis de mercados de capital del Banco Baader, considera que el gran damnificado’ sería el sector energético. Esto no se descarta y más cuando hace unas horas, a la espera de las sanciones a las claras que anuncie la Unión Europea, Alemania anunciaba, en voz de Olaf Scholz, canciller, que paralizaban la certificación del gasoducto Nord Stream 2, el que iba a transportar el gas entre Rusia y Alemania, abastecer al centro de Europa, sin pasar por el territorio nacional de Ucrania.
En este contexto el mercado ruso no deja de caer. Las cesiones al cierre del lunes, cuando se anunció la invasión, fueron superiores a los dos dígitos. Hoy se acercaban. El MOEX, el índice de mercado en rublos, perdió millones en una sesión en la que el RTS, el otro gran índice de la Bolsa de Moscú, cerraba la mayor cesión desde 2008.
¿Qué empresas son las que están ‘tirando’ del sistema para abajo? La petrolera Rosneft que se ha dejado en el mercado más de 1.300 millones de dólares en apenas ocho horas de negociación en el parqué o Sberbank, la mayor entidad, otros 1.200 millones. Respecto a hace un año las cesiones son del 30%.
Petroleras y banca, se hunden
Algunas de las mayores petroleras, también las firmas ligadas a las materias primas, del planeta, corren el riesgo, en un clima como el actual de tensiones, de interrumpir por completo sus operaciones.
BP, Shell, ExxonMobil y otras como Glencore, Vitol o Trafigura, con importantes relaciones comerciales en Rusia, ven como la exposición de sus negocios es tan vasta a la economía euroasiática que presionan para que el Kremlin den marcha atrás en sus presiones.
República Checa, Letonia, Hungría, Eslovaquia, Bulgaria, Finlandia, Alemania… son los países con una mayor dependencia respecto al gigante gasístico Gasprom que también, entre presiones y anuncios de límites a su operativa se ha dejado en el parqué otros 1.300 millones de dólares.
Por contagios, los bancos europeos, en especial, los de Austria, Italia y Francia, lo más expuestos del globo a Rusia, han estado en alerta máxima por las nuevas sanciones contra el país.
Así las cosas, Reino Unido ha anunciado ya sanciones contra cinco bancos rusos y tres oligarcas del país, congelando sus cuentas bancarias y operativas en el país.
Medidas que llegaban al tiempo que el primer ministro, B
oris Johnson, comparecía este martes en la Cámara de los Comunes donde ha calificado el discurso de anoche de Vladímir Putin de “inflamatorio” al tiempo que lo acusa de negar la legitimidad de Ucrania como Estado.
Entretanto, HSBC, uno de los mayores bancos del viejo continente se dice “preocupado” por la situación a pesar de que tranquiliza los ánimos y asegura que su exposición, en estos momentos, es “limitada”.
RBI (Raiffeisen Bank International), cotizada en Viena, dice que las operaciones, de momento, transcurren con “normalidad” y que en caso de escalada, se están preparando. Y aun con todo, hoy ha perdido, por título, más de 7 euros.
ING, en los Países Bajos, habla de “consecuencias negativas” y mientras, el Banco de Rusia, les dice que no se preocupen por nada que tienen preparado un “contingente” para operar a pesar de que el mundo les dé la espalda.
Se mira al oro y los bonos
En los mercados de divisas, el rublo se deprecia en torno a un 3,5% con el euro mientras que con el dólar la caída se sitúa sobre el 4%.
Sobre las materias primas los precios se disparan. el petróleo cotiza con subidas y se anota por encima del 3%, hasta los 96 dólares por cada barril de Brent mientras que los metales preciosos, como el oro y la plata, ejercen de activo refugio con avances sobre el 1% cotizando sobre los 1.915 dólares.
Por su parte, el precio del gas natural en los Países Bajos, el mercado de referencia en Europa es el que sufre las principales consecuencias por la ofensiva de Putin, tras dispararse por encima del 10%.
Los bonos actúan de refugio. La rentabilidad del alemán a 10 años cae hasta el 0,155% y la de su homólogo español hasta el 1,2%, lo que hace que la prima de riesgo esté sobre los 105 puntos. Por su parte, la rentabilidad del bono estadounidense se sitúa sobre el 1,866%.
Vladímir Putin, de momento, ve como la economía le cierra el paso en una ofensiva militar en la que Estados Unidos, la Unión Europa y el Reino Unido se conjuran para ahogar a un sistema que no les tiene miedo y que, es más, amenaza con crear una economía alternativa sobre la que levantar el sistema.