Era el gran atractivo de Jackson Hole y no ha defraudado. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, ha anunciado algo que, por otro lado, era una evidencia: "Ha llegado el momento de ajustar la política monetaria". Con la inflación en el 2,9% y el empleo dando las primeras señales de debilidad, muchas voces ya clamaban porque la Reserva Federal levantara el pie del acelerador en lo que a política monetaria se refiere y recortara los tipos de interés, actualmente en la franja 5,25%-5,50%.
Jackson Hole, el simposio que la Fed de Kansas City organiza en Wyoming y que reúne a los grandes banqueros centrales del mundo, parecía ser el escenario perfecto para escuchar al máximo mandatario del regulador norteamericano pronunciarse sobre la primera bajada de tipos en más de trece meses. Y no ha defraudado. Eso sí, Powell ha insistido: "Haremos todo lo posible para apoyar un mercado laboral fuerte mientras avanzamos hacia la estabilidad de precios con una moderación adecuada de la política monetaria".
La herramienta Fed Watch de CME Group estima que el 67,5% de los analistas son partidarios de rebajar los tipos en 25 puntos básicos en la próxima reunión. Porcentaje que se incrementará después de escuchar el discurso de Powell.
¿Vendrán más bajadas a continuación?
Es la gran pregunta que subyace ahora. Sin embargo, Powell ha querido zanjar cualquier rumor y ha alegado: "La dirección a seguir está clara, y el momento y el ritmo de los recortes dependerán de los datos, de la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos".