De madrugada y 20 minutos para desestabilizar al mercado. La libra esterlina ha tocado este lunes mínimos de los últimos 50 años sobre la zona del 1,03 unidades sobre el dólar y provocado un terremoto en la economía europea.
A esta hora se especula con una intervención de emergencia del Banco de Inglaterra. ¿Cuándo será? ¿Qué hará Andrew Bailey para contener la sangría en la divisa del otro lado del Canal de La Mancha? De momento, nada. Dice que "no durarán en subir tipos cuanto sea necesario", pero que no lo harán ya y esperarán a la cita de noviembre.
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
El nuevo paquete de reducción de impuestos anunciado por el Gobierno de Liz Truss lleva a la divisa británica a mínimos de la última mitad de siglo y deja al país al borde de una crisis de mercado
La línea oficial es un escueto ‘sin comentarios’. Al 10 de Downing Street, sede del poder Ejecutivo británico, le ha llegado un bautismo de fuego después de que el pasado viernes el canciller y ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, anunciara un plan con un “nuevo planteamiento, para una nueva era” con el que impulsar el crecimiento de una de las economías más fuertes del Reino Unido.
Así es como el mercado ha puesto en marcha un bautismo de fuego para un canciller que ha visto que por sus paquetes y por tratar de luchar a los altos impuestos ha llevado a la libra esterlina a los mínimos de los últimos 37 años en las primeras operaciones desde que arrancaran de madrugada las operativas en Asia. Mínimos en las 1,03 unidades con respecto del dólar.
Tipos de interés con rentabilidades para los bonos a dos y cinco años sobre el 4,5% s sus niveles más altos desde agosto de 2008. La última vez que asistimos a estas métricas estábamos en 1985 y la reacción del por entonces Ejecutivo de Margaret Thatcher fue, más o menos, la que ha tenido Liz Truss este lunes. “No estamos preocupados… el problema es que el dólar está cada vez más fuerte y que el mercado especula en contra del Reino Unido”.
Y es que no hay mejor ejemplo que la historia para encontrar capítulos que nos expliquen el presente y este es uno de ellos. Thatcher en público decía que la preocupación por una libra débil era mínima.
En privado, documentos oficiales de la época muestran que, por aquel entonces, llamó a Washington de emergencia para pedir explicaciones a Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos e implorándolo que su Departamento del Tesoro impusiera una “trampa” a aquellos que especulaban contra la esterlina.
Al dólar se suma el euro
Sin embargo, esta explicación de hoy pierde fuelle porque la Reserva Federal (FED) de Jerome Powell sube tipos para enfriar su economía. Esto fortalece al billete verde y deja a la divisa británica en mínimos. Pero es que la debilidad hoy también la vemos con respecto de un euro que como decía este mismo lunes Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) se va a seguir encareciendo.
Es en este contexto en el que el Gobierno de Londres dice que seguirán adelante con sus reformas. Que los impuestos seguirán bajando. Que el trabajo no está hecho.
Lo decía en una entrevista durante este fin de semana Kwarteng. Todo se hará por y para las familias británicas. En el mercado se descuentan ya subidas de tipos hasta en 175 puntos básicos para la reunión de noviembre y, sobre la mesa, un test de estrés a la banca británica para demostrar si pueden capear una crisis económica que implique una inflación en el 17% con un desplome de más de un tercio en los precios de la vivienda.
¿Habrá o no intervención?
Mientras, se habla de una caída del 5% en el PIB de aquí a un año y el desempleo en el 8,5%, duplicando la cifra de parados actual. Ante la situación, el elefante en la habitación es si el Banco de Inglaterra intervendrá o no.
Sobre la mesa, en todo caso, no parece que haya miedo a impagos porque a pesar de que el plan de bajada de impuestos en Reino Unido se vaya a financiar, en su mayoría, con emisión de deuda, el CDS del bono británico a 10 años, el credit default swap, el coste cobertura ante posible impago deuda, lo tenemos en zona de 54.45 mientras que el italiano (otro país en el que fijar la mirada por las elecciones de este pasado domingo) firma en los 204. A pesar de toda esta crisis.
Aun así, las proyecciones no son positivas. Lo decía Álvaro Pereira, economista jefe de la OCDE esta misma mañana. Reino Unido, en todo caso, a la espera y al borde del abismo.