En el mundo de la inversión, para ganar dinero hay que desconfiar de las modas porque son pasajeras. Sin embargo, existe una tendencia que ha llegado para quedarse: la ISR (inversión socialmente responsable). Que de pasajera no tiene nada, según los expertos.
Entrevista a Ricardo Comín, director comercial para Iberia y Latinoamérica de Vontobel
"No creo que la ISR sean como esos pantalones de campana con los que dentro de unos años te ves en fotos y te sientes ridículo", asegura Ricardo Comín, director comercial para Iberia y Latinoamérica de Vontobel. Y es que la ISR es mucho más: es la aplicación de criterios extrafinancieros en el análisis de empresas para evitar sustos.
Evitar sustos trae rendimientos al accionista
La tónica hace unos años era distinta: se aplicaban unos criterios de exclusión que no impactaban demasiado en las cuentas empresariales y que "hacían perder muchas oportunidades de mercado", según Comín.
Sin embargo, con la ISR los criterios se miran en modo positivo. Se estudian qué empresas están más preparadas para tener menos sustos en el futuro. Son empresas que pueden evitar multas, que tendrán a los mejores profesionales trabajando con ellos, que tendrán la mejor percepción de marketing por parte del mercado. "Todo esto hace que el inversor quiera poner dinero ahí", asegura el director comercial.
Aplicar estos criterios "no garantiza que una compañía vaya a subir mucho en bolsa, pero sí ahorra muchos sustos", asegura Comín. Todo esto trae rendimientos a los beneficios y, por tanto, rendimientos al accionista.
La ISR, una inversión con potencial
En 2019, el volumen de dinero que ha entrado en inversiones socialmente responsables ha subido casi un 70% respecto a 2018 en la industria de gestión de activos. "Actualmente hay 85.000 millones de euros bajo gestión sólo en criterios puramente ESG, cuando el Estado español se gasta unos 10.000 millones todos los meses en pensiones", compara el responsable de Vontobel.
Debido a que mucha gente todavía desconoce la ISR, se trata de una inversión que todavía tiene mucho recorrido.