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Y es que en España, la industria del videojuego facturó más de 510 millones de euros en el año 2015, un 24% más que en el año anterior. También ha incrementado su plantilla: un 32% en el último año, hasta casi los 4.500 profesionales.
Pero a pesar de la buena cara que muestra la industria, está desfada con el resto del mercado. Miremos las cifras: España ocupa el cuarto lugar en Europa y el octavo en el mundo en cuanto a ingresos: sin embargo, para facturar esos 510 millones ha necesitado 480 empresas, mientras que otros países, como Finlandia, Suecia, Alemania o Francia obtienen una facturación superior con menos empresas. Si miramos a Suecia, en 2015 facturó casi el doble que España con menos de la mitad de las empresas.
La industria del videojuego es una industria joven y que goza de buena salud. Nos remitimos a los números: el 85% de esas 480 empresas activas no existía hace 10 años. Y la tendencia es alcista: aunque Madrid y Barcelona reúnen más del 50% del total de esas empresas, otras comunidades como Valencia, el País Vasco o Canarias comienzan a interesarse por el sector.
Un sector que ofrece la oportunidad de generar riqueza y empleo. De hecho, las empresas de videojuegos demandan una gran variedad de perfiles: los que más, perfiles relacionados con monetización, programación, diseño de juegos y marketing.
Videojuegos, un sector en alza en un país todavía a la baja.