Toshiba Westinghouse, la división nuclear de Toshiba con sede en Estados Unidos, ha presentado la solicitud para acogerse a la bancarrota, realizada según la agencia Reuters, por el bufete de abogados Weil Gotshal & Manges LL. Desde Toshiba en Japón, aseguran que desconocen este hecho y que no tienen constancia de que haya sucedido.
La decisión se produce después de que Toshiba tuviera que hacer frente al pago de 6.300 millones de dólares para cuadrar las cuentas del balance de Westinghouse, que habían sido falseadas y por las que el regulador estadounidense les impuso una multa. Esto hace que la compañía nipona necesite captar capital para rehacer su balance. Toshiba, de hecho, ya ha anunciado varias desinversiones, y sopesa la venta de una participación mayoritaria en su división de memorias flash, una de las más valoradas por el mercado, con la que podría lograr más de 8.000 millones de dólares.
Una declaración de quiebra del Capítulo 11 de Westinghouse en Estados Unidos, podría ayudar a limitar las pérdidas de Toshiba que, ante estas noticias, se ha dejado en bolsa más de un 7%. Según advierten distintas fuentes, la consulta a los abogados de Weil es sólo un paso exploratorio y confirman que aún no se había tomado ninguna decisión sobre la bancarrota .
Desde Westinghouse no han querido hacer comentarios sobre la participación de Weil, pero confirman que han contratado a Lisa Donahue de la firma asesora AlixPartners LLP, como jefa de transición y desarrollo, para dirigir "una reestructuración operativa y una reconstrucción financiera". Desde Toshiba aseguran que no son conscientes de que Westinghouse vaya a solicitar la bancarrota del Capítulo 11 y AlixPartners se niega a hablar del tema.
En lo corporativo, Westinghouse se está encargando de supervisar la construcción de cuatro plantas de energía nuclear en Carolina del Sur y Georgia en Estado Unidos. Estos proyectos, propiedad de las compañías eléctricas estadounidenses Scana Corp y Georgia Power Co, han estado durante años plagados de costes y demoras. Unos costes pese a los que Toshiba y Westinghouse están dispuestos a culminar los distintos proyectos. Esperan, de hecho, que estén terminados en 2020.