(REUTERS) La productora Mediapro abrirá a principios de marzo un periodo de recepción de ofertas por los derechos de retransmisión de la Liga de Campeones y la Europa League.
Mediapro, busca recuperar con margen su inversión, tras imponerse el pasado verano a Telefónica por un estrecho margen en la subasta de las tres próximas temporadas realizada por la UEFA. Pero se ha encontrado con la negativa a participar en la puja, al menos en público, de los grupos de telecomunicaciones.
El gestor de derechos medirá el apetito de los compradores con paquetes diferenciados en todos los formatos, desde la televisión por IP que utilizan los operadores de telecomunicaciones a las nuevas ventanas que se han abierto con la entrada de grupos digitales como Netflix o Amazon, aunque parece complicado que se presenten a la puja.
La participación de estos últimos también es una incógnita. Algunos analistas ponen en duda su capacidad técnica para emitir en directo partidos con millones de espectadores conectándose a la vez, pero supondría un hito en la industria tras revolucionar otros mercados como los de series o películas.
El presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, ha dicho que quiere alcanzar unos ingresos de unos 1.300 millones de euros anuales, un 30% más, tras haber subido ya un 30% en la anterior subasta.
La apuesta por paquetes integrados con contenidos Premium ha permitido a los operadores elevar sus ingresos medios por cliente, pero los analistas coinciden en que es difícil conseguir rentabilidad si los precios siguen al alza.
El negocio de Telefónica
Telefónica tiene la mayor parte de los 3 millones de abonados que se calculan que consumen fútbol en España, con Vodafone y Orange con unos 400.000 clientes cada uno. Esto implica que cada cliente tendrían que pagar unos 10 euros mensuales sólo por la Liga de Campeones para alcanzar los 1.000 millones que se estima pagó Mediapro.
Telefónica tiene además la espina regulatoria que le obliga a revender los derechos a sus competidores al menos hasta 2020 por la compra de Canal+, lo que le impide disfrutar de las ventajas que tendría en el caso de adquirirlo en exclusiva.
"Telefónica ha perdido dinero con el fútbol. Creemos que en 2017 el proyecto televisivo está generando unos 1.400 millones de ingresos extra para Telefónica España, dos tercios directamente de la televisión de pago y un tercio de las suscripciones de fibra y subidas de precio de Fusión. Por contra, estimamos unos gastos operativos anuales de 1.600 millones de euros", explica Credit Suisse en su informe.
Esta situación, a distinta escala por su cuota de mercado, se repite en el resto de operadores. El consejero delegado de Vodafone en España, Antonio Coimbra, fue contundente al rechazar participar en la subasta con el actual sistema.
Orange ha sido el más claro en su postura. Tendrá que realizar un esfuerzo inversor si algún otro grupo de telecomunicaciones se hace con los derechos deportivos, ya que no puede quedar en desventaja competitiva y arriesgarse a una fuga de clientes.