Ha tardado unos minutos en comenzar a negociarse ante la avalancha de órdenes de venta que han floqueado la cotización en la apertura. Finalmente ha comenzado a moverse con descensos de un 18% hasta los 0,61 euros por acción. Recorte que se une al 18% que se dejó ayer justo antes de conocerse los malos resultados hasta septiembre.
Las acciones de OHL acumulan ya una bajada de un 88% respecto al inicio del año y su capitalización ha bajado hasta 214 millones de euros.
Evolución de OHL desde el inicio del año. En enero cotizaba a 5,12 euros, hoy ha tocado los 0,59 euros.
(Gráfico Reuters)
En los nueve primeros meses del año, ha perdido 1.335 millones de euros y entre los motivos, la empresa cita nuevos proyectos fallidos y un impacto de 550 millones por la venta del negocio de concesiones a IFM que ya reconoció en septiembre. También ha pesado las pérdidas con las que vendió la participación que le quedaba en el complejo turístico mexicano Mayakoba y otras provisiones por litigios abiertos en diferentes obras.
Pero también es cierto que las ventas le han caído más de un 14% y han sufrido los negocios de construcción con un deterioro de casi un 15% y una bajada de la división industrial de más de un 30%.
Los analistas consultados por Capital Radio destacan también la cifra negativa del ebitda -467 millones de euros. En el lado positivo, la reducción de la deuda como señala Victoria Torre, directora de análisis de Selfbank:
Los analistas del Banco Sabadell comentan la falta de visibilidad y las dudas que ha generado en Construcción con un riesgo elevado de mayores sobrecostes de lo previsto. A ello se une una evolución de la caja muy por debajo de lo esperado (en torno a -100 millones de euros en el tercer trimestre y en torno a -230 millones estimados al cierre de 2018).
En Bankinter, sus analistas aconsejan vender por varias razones. Entre ellas, la escasa visibilidad acerca de los objetivos de ingresos cercanos a 3.000 millones de euros anuales y margen Ebitda del 5% en 2020 reiterados por la compañía, debido a la ausencia de avances en esta dirección desde que se presentaron esas en el Plan Estratégico del pasado 16 de mayo. Débiles perspectivas en términos de generación de caja, ya que la compañía espera cerrar el año 2018 con una caja neta de 300 millones de euros y no ha facilitado un cálculo actualizado del consumo de caja de los proyectos legacy en 2019. Y también destacan la ausencia de novedades acerca de una posible recompra de alguna de las emisiones de bonos que permita una reducción de los costes financieros.
Las posiciones cortas sobre el valor (8,1% del capital) seguirán provocando presión bajista y elevada volatilidad.