Nintendo intenta poner fin a años difíciles en su división de consolas con el lanzamiento de Swtich, pero su llegada al mercado no se ha recibido con los brazos abiertos. La compañía japonesa pone precio a su primera consola en cuatro años y supera las expectativas del mercado, decepcionando a los inversores y nublando las perspectivas de recuperar a los jugadores que han cambiado estos dispositivos por smartphones.
Switch es una consola doméstica híbrida portátil, se puede utilizar tanto como un dispositivo doméstico como de mano, además de conectarse a internet y la televisión. Saldrá al mercado el 3 de marzo con un precio de 299,99 dólares en Estados Unidos, el mismo que la Wii U, mientras que en Japón costará cerca de un 20% sobre el precio de su predecesor, en 29.980 yenes. Nintendo espera haber vendido 2 millones de dispositivos a finales de ese mes.
Después de conocerse el precio del nuevo dispositivo de la compañía japonesa las acciones de Nintendo han reaccionado cayendo hasta su mínimo de dos meses y han cerrado la sesión en el Nikkei con un recorte del 5,7%, hasta los 23,75 yenes.
En 2006, Nintendo consiguió nuevos clientes con la consola Wii, gracias a los populares juegos de fitness y deportes, impulsando los beneficios de la firma a máximos históricos. Pero su éxito se debilitó tras la llegada de nuevos juegos al mercado y la migración de los consumidores a los juegos de teléfonos inteligentes, algo que empujó a la japonesa a pérdidas durante tres años consecutivos, hasta marzo de 2014.
Nintendo finalmente entró en los juegos móviles el año pasado con su franquicia Super Mario Bros en los iPhone de Apple, pero todavía no es el centro de su negocio. Con Switch intenta reconducir sus cuentas y para ello cuenta con más de 50 fabricantes de software que desarrollan 80 juegos para la nueva consola. De estos, ocho estarán disponibles en el momento del lanzamiento en Japón, con Zelda como principal juego.