Neuralink ha abierto hoy el registro de pacientes interesados en formar parte del ensayo clínico aprobado por la FDA. La compañía empezará a probar interfaces cerebro-ordenador en semanas. Según ha comunicado a través de Twitter, "representa un primer paso importante que algún día permitirá que nuestra tecnología ayude a muchas personas".
Según los datos técnicos facilitados por la compañía, la interfaz cerebro-ordenador es completamente implantable, "cosméticamente invisible, y está diseñada para permitirle controlar un ordenador o dispositivo móvil en cualquier lugar al que vaya". El implante N1 está sellado herméticamente en un recinto biocompatible que soporta condiciones fisiológicas varias veces más duras que las del cuerpo humano. La batería que lo alimenta se recarga de forma inalámbrica desde el exterior, a través de un cargador de inducción fácil de usar en cualquier parte.
Los chips que utiliza son de baja potencia, y serán personalizados. Esos semiconductores procesan las señales cerebrales y las transmiten de forma inalámbrica a la aplicación de Neuralink en el ordenador o en el móvil. La App descodifica los datos y los convierte en "acciones e intenciones". El implante registra la actividad neuronal a través de 1.024 electrodos, distribuidos en 64 hilos. El equipo de ingenieros ha trabajado mucho para lograr que esos hilos sean ultrafinos y así reducir los riesgos durante el implante cerebral.
La FDA sospechaba de riesgos para el cerebro
La FDA habría expresado su preocupación, antes de aprobar los ensayos clínicos, por el posible sobrecalentamiento de los microcables implantados en el cerebro. Esa alteración podrían provocar la fuga de elementos químicos hacia la masa cerebral. En teoría, los ingenieros de Neuralink habrían superado ya ese riesgo.
Las primera utilidad en la que está trabajando Neuralink para el implante es la de poder restaurar la visión, incluso en personas ciegas de nacimiento. Al mismo tiempo, la compañía ha puesto en foco el objetivo de reactivar funciones corporales básicas en personas con parálisis por daños en la médula espinal.