El mercado es escéptico con los planes de Elon Musk para que Tesla deje de cotizar. Pocas horas después de que el empresario anunciase a través de Twitter sus planes para sacar a Tesla de bolsa, se acumulan las dudas sobre el éxito de la operación entre los analistas.
La primera gran duda llega con el precio. Ya que si bien Musk apuntaba a 420 dólares por acción para lanzar una OPA de exclusión (lo que supondría valorar a la automovilística en 71.000 millones de dólares), firmas como Berenberg aseguran que a ese precio Tesla está infravalorada y que la oferta debería alcanzar los 500 dólares por acción.
La segunda duda radica en quienes son los compañeros de viaje de Elon Musk, es decir, quien va a poner el grueso de la cantidad necesaria para comprar las acciones que cotizan. Son muchas las voces que apuntan a que algún fondo soberano podría está dispuesto a apoyar la operación, pero no hay ninguna confirmación al respecto. Eso sí, las intenciones de Musk se conocían poco después de que Financial Times publicase que Arabia Saudí se ha hecho con un porcentaje importante del capital de Tesla.
Y la tercera duda tiene que ver con el estado contable de la compañía. Tesla tiene una deuda de 11.000 millones de dólares, pierde dinero y sus bonos tienen la calificación de basura. ¿Quién quiere prestarle dinero a Elon Musk ante esta realidad? Muchas voces recuerdan que el caso de Musk con Tesla no es comparable con el de Dell en 2013: aquel año, Michael Dell lanzó una oferta para excluir a la empresa de bolsa por 24.900 millones de dólares. Michael Dell contó con la ayuda de fondos y de préstamos bancarios y hasta Microsoft le prestó 2.000 millones de dólares, pero claro, Dell no tenía los números rojos que actualmente registra Tesla.
¿Conseguirá Elon Musk su objetivo? La finalidad de que Tesla deje de ser pública (o cotizada) es no tener que dar tantas explicaciones a Wall Street de la estrategia; pero que Musk pretenda olvidarse del cortoplacismo de los mercados no quiere decir que su tarea vaya a ser fácil.