HSBC, McDonald's, AT&T o Johnson & Johnson son algunas de las marcas que ya han suspendido la publicidad en estos canales. La falta de control o de una filtración previa llevaron a que algunos de sus anuncios apareciesen junto a vídeos relacionados con contenido que incitaba al odio.
"Estamos limitando la creación de contenido" comenta Inés Muñoz tras el comunicado de Google de ser más estrictos con su política de anuncios en respuesta a la polémica.
Esta protesta, que ha comenzado en Reino Unido y que podría expandirse a otros países, llega en un momento en el que la compañía estadounidense está siendo cuestionada y pierde fuerza ante competidores.