El sector energético todavía ofrece oportunidades de inversión. Hay oportunidad en las energías limpias y sostenibles porque el futuro del sector se mueve hacia la eficiencia y la reducción de contaminación.

Pero también hay oportunidad en las energías fósiles. Porque a pesar de los esfuerzos por renovar la imagen de la energía, lo cierto es que todos esos cambios forman parte de un proceso lento que tardará años en implantarse. Así que todavía hay margen para apostar también por los combustibles fósiles.

Sin embargo, las energías alternativas han ganado más peso en los últimos años. Y esto es gracias a la tecnología, que ha permitido abaratar los costes de producción. Así es el mundo del Internet de las Cosas, tal y como explica Javier García de Vinuesa, director general de Robeco US Offshore, Latinoamérica y sur de Europa.



La tecnología se ha convertido en el gran aliado del sector energético. Porque ha permitido que muchos yacimientos de petróleo sean viables económicamente, cuando hace unos años no lo eran.

Precisamente esas mejoras en eficiencia son las que han hecho rentable el negocio del shale oil. Ahora son los productores shale oil los que tienen flexibilidad y tecnologías para adaptarse al entorno de precios. Un entorno en el que la oferta y la demanda no casan y en el que el corto plazo está plagado de riesgos geopolíticos.

La clave, según los expertos, está en mirar al medio plazo y pensar qué nivel de precios justifica las inversiones en el sector. Así lo explica Rodrigo Utrera, responsable de fondos de renta variable española y europea en BBVA Asset Management.

La tecnología aporta eficiencia. Y esa es ahora la tendencia en la energía: extraer y procesar el petróleo de una forma más eficiente, menos contaminante y que genere menos residuos. Por ahí pasan ahora parte de las grandes inversiones de las compañías relacionadas con el sector energético. ¿A qué compañías miran las gestoras? En el caso de BBVA, apuesta por un equilibrio entre grandes petroleras y compañías nicho.

En el caso de Robeco, Javier García de Vinuesa hace hincapié en que el abanico es mucho más amplio de lo que puede parecer a simple vista. Empresas como OSRAM relacionadas con la sustitución del alumbrado en las ciudades y con la eficiencia energética, tienen cabida en la inversión en energía.

Invertir en energía no es sólo invertir en petroleras. Es invertir en energías alternativas, en tecnologías que ayudan a la eficiencia y también en empresas que proveen servicios a los gigantes del sector. Todos esos frentes nos dicen que todavía hay margen para ganar dinero con la energía.