Deutsche Bank cierra 2017 con pérdidas de 497 millones de euros, con este ya son tres años consecutivos en los que el banco alemán obtiene resultados negativos. Los resultados se deben en parte a la caída de los ingresos de su negocio de banca de inversión y a la reforma fiscal de EEUU.


Los resultados no cumplen con las expectativas de los analistas, que habían pronosticado una pérdida de 290 millones de euros.


El presidente de la grupo, John Cryan, declaró al presentar el balance que en 2017 han logrado el primer beneficio antes de impuestos desde hace tres años y que los números rojos después de impuestos se produjeron "a finales de año por las cargas de la reforma fiscal en EEUU".


Antes de impuestos, la entidad logró en un beneficio de 1.289 millones de euros, frente a la pérdida de 810 millones de euros un año antes. Este resultado antes de impuestos fue mejor en 2017 porque Deutsche Bank tuvo menos depreciaciones y menos costes por litigios que en 2016.

En el cuarto trimestre los ingresos del banco alemán cayeron un 19% hasta los 5.700 millones de euros. La pérdida neta aumentó 2.190 millones de euros desde los 1.890 millones del año anterior.


Cryan también explicó que Deutsche Bank avanza en la integración del banco minorista Postbank y en el proceso para sacar a bolsa su división de gestión de fondos pero que todavía no están satisfechos con el resultado.


Los ingresos por intereses se redujeron el año pasado un 15,2% (12.469 millones de euros), mientras las provisiones para riesgos en los créditos bajaron un 62% (525 millones de euros). Por su parte los ingresos no relacionados con intereses cayeron en el mismo periodo un 9% (13.979 millones de euros).