Banco Popular no desvela los planes de futuro hasta que se analice uno a uno los más de 40.000 activos improductivos del balance, lo que llevará unas semanas. Sobre si el banco va a fusionarse con otra entidad, el consejero delegado, Ignacio Sánchez-Asiaín niega conversaciones.



Tampoco confirma ni desmiente si el banco llevará a cabo una ampliación de capital. Explica que no hay un plazo para tomar la decisión, es algo interno dice, y es un asunto que llevará semanas aunque se espera una respuesta de cara al verano.



Por otro lado, reconoce que el problema del banco es la falta de confianza que muestra el mercado hacia Popular, debido a las expectativas basadas en el pasado y que no han llegado a cumplirse.

Sí que ha dado más detalles sobre otras operaciones. Explica que el banco está en negociaciones avanzadas con inversores para vender activos no estratégicos. Respecto al proyecto “Sunrise”, asegura que está totalmente abandonado”, y cuyo objetivo era aglutinar los activos tóxicos inmobiliarios de la entidad.

Resultados "agridulces"

Al consejero delegado no le han gustado las cuentas que hoy hemos conocido, reconoce que son "agridulces" aunque espera volver a beneficios a finales de año si no hay provisiones extraordinarias.

Asiaín ha pedido tiempo para diseñar la estrategia de la entidad, que ha perdido hasta marzo 137 millones de euros, tras verse obligada de nuevo a realizar cuantiosas dotaciones a provisiones por las pérdidas del negocio inmobiliario.

En cuanto a los principales márgenes de la cuenta, el de intereses, que recoge la mayor parte de los ingresos, se reduce un 9,4%; el bruto, el 18%; y el de explotación, el 26%.

Popular cierra marzo con un recorte del 5,6 % en su volumen de créditos y con un ratio de morosidad que sube del 12,6 al 14,9%.