A las seis de la mañana se ha reanudado en Bruselas el Consejo para intentar pactar los nuevos cargos comunitarios. Los 28 se vuelven a reunir tras muchas reuniones bilaterales, como las del presidente del Consejo Donald Tusk, que lo ha hecho con todos los líderes.
Varios países, entre ellos España, intentaban conseguir que la presidencia de la Comisión recayera en el socialista holandés Frans Timmermans y que la del Parlamento y la de Exteriores en el PPE. Al final los Populares no han aceptado que Manfred Webber sustituya a Antonio Tajani al frente de la Cámara ya que lo consideran un cargo menor.
La canciller alemana, Angela Merkel, ya preveía que iba a ser complicado: "Donald Tusk tiene una tarea difícil y hay que intentar ser constructivos. Pero permítanme decir de nuevo que para mí también es muy importante evitar un conflicto interinstitucional, es decir, un conflicto entre el Consejo y el Parlamento. Y es por eso que tardará un tiempo, lo preveo".
El Consejo comenzaba con casi tres horas y media de retraso. Los populares que más se oponen a que Timmermans presida la comisión destacan el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, y el húngaro, Viktor Orbán. Además del llamado grupo de Visegrado: Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia. Bulgaria ha sido otro de los que se oponen a que el candidato socialista sea el presidente del Ejecutivo comunitario.
En su punto de mira están los procedimientos de infracción abiertos por la Comisión contra estos países, especialmente por su rechazo a respetar las cuotas del reparto de refugiados, y, en el caso de Polonia, el procedimiento abierto por su controvertida reforma judicial.
De no llegar a un pacto este domingo, los líderes podrían verse de nuevo el 15 de julio, según fuentes diplomáticas, pero se exponen a dejar las riendas del reparto de altos cargos a la Eurocámara, que escoge a su presidente el próximo miércoles.
La tarea no es sencilla. Los sucesores deben tomar en cuenta la afiliación política, la geografía —un equilibrio este-oeste y norte-sur— tamaño de la población y género. Los líderes de las instituciones de la UE deben en teoría representar imparcialmente los intereses de todos los estados miembros en la escena global así como en Bruselas.