Seattle ha lanzado un mensaje a las grandes compañías: si la haces, la pagas. Dicho de otra forma: si los precios inmobiliarios en el centro de Seattle suben por tu presencia, deberás compensarlo a base de impuestos. En concreto, las empresas que ganen más de 20 millones de dólares tendrán que pagar 14 centavos la hora por empleado.
Habíamos visto este tipo de medidas en Europa: Francia, por ejemplo, les subió a las grandes compañías el impuesto de sociedades a finales de 2017 y España pretende implantar un impuesto a partir de 2019 para recaudar para las pensiones.
Ahora es Seattle quien planta cara a compañías de la talla de Amazon, Starbucks, Apple, Google o Facebook para poner fin a uno de sus grandes problemas: la ciudad tiene la tercera población sin hogar más grande de EEUU con casi 12.000 personas sin casa. Esto se debe en gran parte a un boom económico local provocado por estas compañías que ha disparado los precios de las viviendas a costa de la clase trabajadora.
La medida la emprende para evitar que los ciudadanos con menos recursos económicos se vean forzados a alejarse del centro de la ciudad. Pero esta medida no ha sentado bien a Amazon, que tiene su sede central en Seattle y es además el mayor empleador de la ciudad con 45.000 trabajadores. Expertos como Andrés González, coautor de Economía a la intemperie, ven esta medida poco eficaz: "No es una medida realista, es electoralista".
Defiende esa misma línea Rocío Albert, directora del máster en Análisis Económico del Derecho y Gestión Pública de EAE, quien asegura que esta medida no hará que los precios inmuebles en Seattle bajen: "puede sonar duro, pero quienes no puedan pagar esos precios tendrán que desplazarse".
Seattle espera recaudar entre 45 y 49 millones de dólares al año durante los cinco años de vigencia de esta medida. En el caso de Amazon, tendrá que pagar algo más de 12 millones de dólares al año en impuestos.
¿Medida realista o medida electoralista? Por el momento Seattle deja claro su mensaje: quiere dejar de ser la tercera ciudad de EEUU con la tasa más elevada de personas sin hogar.