Rodrigo Rato descarga sus responsabilidades sobre la quiebra de Bankia y las arroja sobre Luis de Guindos, los inspectores del Banco de España y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. Durante su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera, ha explicado su versión de la crisis de la entidad en 2012.
El expresidente de Bankia explica que con el cambio de Gobierno en 2012 hubo un cambio de estrategia respecto a las cajas de ahorro y el ministro de Economía, Luis de guindos, “se estrenó ante la opinión pública internacional afirmando que el sector bancario español necesitaba 60.000 millones adicionales”. Además, da a entender que el Gobierno quería el rescate de la economía española en su conjunto tras su llegada al poder pero sólo logró el del sector financiero: “España solicitó el único rescate que le ofrecieron: un rescate bancario de 100.000 millones”.
Todo ello contribuyó, en su opinión, a que en los primeros nueve meses de 2012 “250.000 millones salieran de la banca española, el 25% del PIB” y provocó la caída en bloque de las acciones del sector bancario. El Gobierno se apresuró, según su versión, a aprobar dos decretos con mayores exigencias para cubrir el riesgo inmobiliario.
Rato señala que la caída de los títulos de Bankia llegó después de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy aprobara un primer decreto ley de nuevas provisiones para el sector inmobiliario que la entidad aplicó con el visto bueno del Banco de España: “El 6 de mayo el ministro de Economía me exigió la dimisión, que se hizo efectiva el 9 de mayo. La acción de Bankia se desplomó”. La petición llegó durante una reunión con Rato y los principales banqueros del país. Era el tercer encuentro entre De Guindos y los grandes del sector y en ninguna de aquellas citas, según el exministro, estuvo presente el Banco de España, al que Rato cree que se le ocultaron.
También se ha referido al equipo gestor que le sustituyó, liderado por José Ignacio Goirigolzarri, que pidió una inyección de 19.000 millones de euros. Rato explica que el Gobierno estaba dispuesto a dar a los nuevos gestores de la entidad todo lo que pidieran. Intención que se tradujo en esa cifra y la pérdida de los 4.500 millones prestados inicialmente al grupo.
El que fuera ministro de Economía con José María Aznar también se ha referido a la salida anticipada de Miguel Ángel Fernández Ordoñez del Banco de España, a quien responsabiliza de forzar la creación de Bankia y su salida a bolsa, por la que se sentará en el banquillo. Según Rato, la fusión prevista en 2010 por Caja Madrid era con cinco cajas pequeñas, pero un mes después le citaron en el despacho del gobernador del Banco de España para sumar a Bancaja. El Banco de España consideraba que era “plenamente absorbible” con el dinero prestado por el FROB.
Posteriormente, las mayores exigencias de capital para las cajas llevaron al grupo a decidir salir a bolsa, operación que aprueba tanto el Banco de España como el Ministerio de Economía, al igual que cualquier plan de la entidad. Rato defiende la legalidad del folleto y las cuentas de la salida a bolsa, donde no habían previsto beneficios.
Tampoco se han librado los peritos del Banco de España de las acusaciones del que fuera director gerente del Fondo Monetario Internacional. Rodrigo Rato les acusa de contradecirse: “Los peritos en cuestión no han mantenido siempre un criterio homogéneo en los tres sucesivos informes que le han mandado al juzgado”.
Por último, Rodrigo Rato carga contra el PSOE y los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, por desoír "las advertencias del FMI" y permitir la formación de la burbuja inmobiliaria.