El tipo medio del impuesto de sociedades era del 32% en el año 2000, mientras que en 2016 había caído ya al 24,7%. Según la OCDE, esta tendencia se explica por las reducciones importantes en varios países, entre ellos España -donde ha caído al 25% en 2016- o Hungría, donde pasa del 19 al 9%. La economista y autora del informe, Sarah Perret, explica en Capital Radio que los países bajan impuestos para generar crecimiento económico, pero se puede generar competencia fiscal injusta.
La OCDE constata que hay en muchos países un desplazamiento de la presión fiscal sobre el capital desde el impuesto de sociedades, que grava directamente a las empresas, hacia el de la renta que pagan los individuos. Esto sucede en un contexto donde el impuesto sobre la renta disminuye mientras que el IVA se incrementa entre los países del grupo. Como consecuencia, el efecto redistributivo de la riqueza tiene un impacto muy limitado. Y en cuanto a España, Perret cree que la clave no está en aumentar el IVA sino en las bases imponibles: "La tasa estándar de IVA en España es cercana a la media de la OCDE, ligeramente por encima de ella. No es tanto el problema con la tasa de IVA sino con la base del IVA, con el uso amplio de tasas reducidas de IVA. La prioridad para España, y otros países de la OCDE, no debe ser aumentar las tasas sino ampliar la base imponible y luchar contra el fraude."
Sobre los impuestos especiales, esta economista de la OCDE opina que es necesario combinar una adecuada imposición de los ingresos de capital con otro tipo de impuestos, como el de sociedades o patrimonio, que ya se aplica en países como España, Francia, Noruega y Suiza.